Un nuevo reportaje de Ciper estableció la cronología de hechos que se sucedieron el día del asesinato de Camilo Catrillanca. Ese miércoles 14 de noviembre comenzó con el asalto a tres profesoras de Ercilla, continuó con el fatídico operativo de Carabineros y terminó con reuniones lideradas por oficiales de alta graduación que, a tres semanas del caso, abren nuevas interrogantes.
Estos son cinco hechos clave que dejó la reconstrucción de esa jornada:
1. El asalto que comenzó todo
Tres profesoras de iniciales I.F.A. (51 años), M.M.M. (39) y K.S.A. (27) abandonaron en caravana la escuela rural Santa Rosa, en la comunidad Ancapi Ñancucheo, al final de la jornada escolar del miércoles 14 de noviembre, a las 16:00 horas.
A diferencia de ocasiones anteriores, decidieron dirigirse hacia la ruta R-50 por un camino alternativo, en el que encontraron la vía cortada.
El camino había sido bloqueado por un cerco hecho de alambre de púas y por ramas de eucaliptus. No alcanzaron a hacer ningún movimiento cuando cuatro sujetos encapuchados se acercaron con armas de fuego, un hacha y un machete, para intimidarlas y robarles los vehículos, dentro de uno de los cuales viajaban, además, dos niños de nueve años.
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De acuerdo al Parte Denuncia elaborado media hora después del asalto, los encapuchados las insultaron, golpearon las ventanas y las obligaron a descender de los automóviles, haciéndose con ellos y escapando.
2. El asado de Camilo
A las 16:15 horas, mientras las docentes eran abandonadas sin sus autos, el comunero mapuche Camilo Catrillanca terminaba el radier de su casa junto a Henry y Jesús Millanao Cañuta, Nelson Quilape Colipi, Jorge Palacio Cañuta y el hijo de este último, M.P.C. (15 años), todos quienes declararon ante la Fiscalía.
Se encontraban en el sector de La Laguna, al interior de la comunidad Temucuicui Tradicional, a unos cuatro kilómetros al sur poniente del lugar donde fue cometido el asalto.
Como es tradición en la zona, Catrillanca quiso agradecer a sus amigos la ayuda que le estaban dando en la construcción de su casa, para lo cual decidió matar un cordero y preparar ñache con la sangre. El problema era que no tenía cilantro, motivo por el cual partió a la casa de su mamá.
Lo hizo en el ahora famoso tractor azul de la comunidad, y acompañado del adolescente de 15 años, quien deseaba aprender a manejar la máquina.
3. El otro auto robado
A las 16:18 horas la Central de Comunicaciones de Carabineros (Cenco) alertó a la 2a Comisaría de Fuerzas Especiales, en Pailahueque sobre el asalto a las tres profesoras. Se trata de la misma unidad policial que antes había albergado el liceo donde estudió Catrillanca.
Dos días antes, el lunes 12 de noviembre, habían logrado recuperar una camioneta Ford Ranger roja robada. Estaba en los alrededores del sector de La Laguna, prácticamente en el mismo lugar donde quedaría el tractor azul que manejaba el joven comunero.
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Con ese antecedente, las patrullas se dirigieron a esa zona y, como en el procedimiento del día 12 de noviembre habían sido blanco de varios disparos, todos los funcionarios disponibles recibieron la orden de “salir a apoyar”.
4. 406 tiros
Según el documento Relación de los hechos y consumos del personal FF EE con motivos del procedimiento del robo de vehículos consignado por Ciper, ese día llegaron cerca de 50 carabineros a la zona donde fue asesinado Camilo Catrillanca.
Cuando a eso de las 21:30 horas el último carabinero abandonó la comunidad, 406 tiros habían sido disparados por las fuerzas policiales, entre balas de pistolas 9mm., subametralldoras UZI y Mini UZI (también de 9mm.) y escopetas calibre 12 con “cartuchos tácticos de plomo”.
En paralelo, se percutaron 150 lacrimógenas y 50 tiros con perdigones de goma.
5. Aviso vía WhatsApp
Desde el helicóptero C-02 que sobrevolaba la zona, el suboficial Héctor Vásquez informó vía WhatsApp a sus compañeros del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) que habían llegado a La Laguna, que habían avistado los autos robados.
El carro blindado J 040 que transporta al suboficial Patricio Sepúlveda Muñoz, el sargento 1° Carlos Alarcón Molina, el sargento 2° Raúl Ávila Morales, el cabo 1° Braulio Valenzuela Aránguiz y el cabo 1° Gonzalo Pérez Vargas, se dirigió a la zona señalada vía mensajería dado que eran los más próximos.
Debido a los cortes de camino, cuatro de los cinco uniformados avanzaron a pie, mientras el conductor, Pérez, se quedó custodiando el carro. Mientras avanzaban no recibieron ningún disparo ni provocación.
Nuevamente desde el aire, el piloto Axel Hoger y el suboficial Vásquez vieron que tres sujetos se bajaron de los autos y aseguraron que vieron a dos de ellos subir al tractor, información que no pudo ser confirmada por los otros tres tripulantes del helicóptero, quienes declararon no haber visto todo lo que sucedió.
Fue Vásquez, el mismo que envió el mensaje por WhatsApp, quien avisó por radio a los funcionarios del GOPE que los sospechosos avanzaban hacia ellos a bordo de un tractor.
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Los hechos desarrollados a partir de ese momento son conocidos, aunque no todos. Se sabe que la bala que terminó con la vida de Catrillanca salió del arma de Carlos Alarcón, y que los carabineros mintieron en su primera declaración al decir que no portaban cámaras y que el tractor se había cruzado en la línea de fuego.
Lo que aún se desconoce son los detalles de las reuniones entre oficiales liderados por el general Christian Franzani, quien viajó ese mismo miércoles desde Santiago a La Araucanía. Pieza que se ha convertido en clave tras el video difundido por el ex sargento Alarcón en el que asegura que los “obligaron a mentir”.
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