Luego del atentado explosivo en la 54 comisaría de Carabineros de Huechuraba que dejó ocho lesionados el pasado jueves, la Fiscalía Metropolitana Sur ha continuado las diligencias para dar con el paradero de los responsables.
Una de las pericias fue revisar la sucursal de CorreosChile que recibió y posteriormente despachó los paquetes bomba, tanto a la unidad policial como a las oficinas de Quiñeco, donde la bomba dirigida al ex ministro Rodrigo Hinzpeter no detonó.
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En el lugar se constató la total ausencia de equipos de seguridad que permitan detectar si las encomiendas tienen sustancias explosivas o elementos peligrosos, como químicos, que puedan amenazar la integridad de las personas.
Según confirmaron fuentes de la empresa estatal a El Mercurio, el Centro de Distribución Postal carece de equipos, como escáner, rayos X o detectores de metal, pese a que desde hace más de dos años el sistema de correo está siendo utilizado por grupos anarquistas para el envío de bombas.
Cámaras de seguridad serán claves
Las diligencias de la fiscalía apuntan a identificar a la persona que dejó los paquetes en esta oficina de CorreosChile.
Se sabe que el responsable ingresó a dicha sucursal el miércoles 24, un día antes de los ataques, dejando como remitente el nombre de la jefa de seguridad de la Municipalidad de El Bosque, quien ya entregó su testimonio a las autoridades en calidad de víctima.
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Por ahora, se están indagando las imágenes de las cámaras de seguridad de empresas vecinas a la sucursal. De hecho, al frente, en Gran Avenida 10226, existe bancos y centros comerciales que cuentan con un amplio circuito de grabaciones.
Por otro lado, según informó La Tercera, el artefacto que no explotó será clave en la investigación. Actualmente está siendo inspeccionado en busca de alguna huella o muestra de ADN que puedan dar pistas de los presuntos responsables.
Pudieron explotar en el traslado
Las indagatorias del OS9, GOPE y Labocar de Carabineros han logrado establecer tanto la bomba que explotó como la dirigida a Hinzpeter tenían pilas como fuentes de poder, necesaria para que la pólvora industrial detonara.
Según los peritos, los dos polos del circuito estaban separados por una lámina, que al ser retirada en el momento que alguien abre el paquete, permite que hagan contacto y la bomba explote.
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En ese sentido, al tratarse de un artefacto artesanal, hecho con materiales comunes y corrientes, el sistema de seguridad es muy frágil y riesgoso.
Incluso, los expertos aseguran que fácilmente pudieron estallar mientras eran trasladadas por los repartidores en Santiago, ya sea producto de una caída y cualquier movimiento brusco.
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