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El lunes, la Octava Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago revocó la prisión preventiva a cinco miembros de Fuerzas Especiales de Carabineros por el delito de torturas contra un manifestante que estaba en Plaza Ñuñoa.

Los hechos ocurrieron el lunes 21 de octubre, durante la tercera jornada de toque de queda. Cámaras de CHV Noticias y CNN Chile captaron el momento exacto cuando los funcionarios golpearon a un hombre que estaba con un sartén en mano.

El tribunal de alzada descartó el delito de tortura y lo reemplazó por uso excesivo de la fuerza. Tras ello, los imputados quedaron con medidas cautelares de firma semanal, arraigo nacional y prohibición de acercarse a la víctima en el plazo que dure la investigación.

El teniente Martín Blanc, quien estaba a cargo del operativo, fue uno de los uniformados que estuvo en prisión preventiva. En entrevista con La Tercera, indicó que el hecho estuvo apegado al protocolo, afirmó que le pidió disculpas al manifestante, que le brindaron los primeros auxilios y reflexionó sobre la labor de Carabineros.

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A continuación, algunas de las frases que dejó la entrevista.

“No quería detener”

Nosotros queríamos irnos para la casa, estábamos chatos, no queríamos más guerra. Nosotros convivimos siempre con situaciones de presión, pero nunca una situación había sido tan grave como esta. Estábamos shockeados”.

“Teníamos información que se quería quemar la municipalidad. Nuestra misión, entonces, era disolver. Yo, como jefe de sección, no quería detener a nadie, teniendo en consideración que no detener a una persona en contexto de delito, es un incumplimiento de deberes militares, porque es mi obligación”.

“Formamos una línea para contener a las personas que quedaban, y en eso dos quedaron detrás de nosotros. Ambos nos insultaban, y lo típico que le dicen a Carabineros. Al comienzo nosotros no los pescamos. Uno de ellos, ante la solicitud de nosotros, se va, que era lo que queríamos. Mi gente llevaba más de una semana con esto, queríamos ver a nuestra familia, no había seguridad en ninguna parte de Chile y nuestras familias estaban con miedo en sus casas”.

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Apela al protocolo

De pronto, estaba con la escopeta, miro hacia atrás, viene una persona arrancando de mis carabineros y en ese momento levanté el pie. Tenía la escopeta en la mano, pensé en un segundo ¿qué hago?, ¿lo agarro con las manos?, ¿y si se me escapa un tiro? Levanté el pie. Usted entenderá que peso más de 100 kilos, le puse el pie en la espalda, empujé, no fue un golpe, puse el pie y presioné. Fue para detenerlo y que no siguiera arrancando”.

“(El hecho) Según el protocolo, esto se ajusta al marco (…) Cuando empiezo a analizar se ve que no es una paliadura a la persona, son seis bastonazos. Conforme al cuadro del uso de la fuerza, está de acuerdo al protocolo. Lo que sí puedo decir, es que debía haberse ocupado otra técnica para controlar a la persona”.

Son situaciones muy rápidas. A nosotros nos hablan de tortura, pero para que eso ocurra la persona debía estar detenida, debimos actuar de otra forma. Lo acepto, lo reconozco, y doy la cara por ello, pero esta persona estaba con un sartén. Todos dicen ‘¿qué va hacer con un sartén?’. A un compañero mío le volaron dos dientes con un sartén, pero nadie dice nada. Mi acción dura un segundo, ¿yo voy a torturar en un segundo?”.

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La labor de Carabineros

“Yo no odio a los manifestantes, tienen su derecho a protestar”.

“Le pediría disculpas, de hecho, lo hice en el hospital. Y mire, cuando subimos a esta persona al carro le prestamos los primeros auxilios, y eso nunca se dice”.

Nosotros nos sacamos la cresta por Chile, por la patria. Por todos. Me da risa cuando la gente dice ¿por qué no van a las poblaciones? Sabe cuántas veces me han disparado en la poblaciones, no se las puede ni contar, pero vamos igual”.

“La gente piensa que nosotros salimos a dispararle a la gente a los ojos. Yo le puedo mostrar todas las grabaciones en mi cámara, de todas las veces que usé la escopeta antidisturbios, la que utilicé en situaciones de agresión y el intento de matarnos. Cuando nos lanzan molotov, ¿para qué lo hacen? Eso se toma como agresión letal y yo ahí puedo usar mi pistola y revólver, pero resulta que no, usamos la escopeta antidisturbios: ¿De qué otra forma puedo controlar a 120 mil personas con 20 carabineros?, ¿con disuasivos químicos? No sirven y se nos acercan. ¿Qué hago? ¿Me pongo a pelear a combos con 3 mil personas? No”.

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