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La pandemia tuvo serias consecuencias para la economía a lo largo del mundo. Sin embargo, hay sectores que lograron repuntar y se fortalecieron a pesar de las difíciles circunstancias. Uno de ellos es la banca ética.

En el caso de Chile, esta nueva forma de hacer negocios cobró fuerza y está íntimamente relacionado con los cambios que el país atraviesa. En conversación con CNN Chile, Sebastián Cantuarias explicó que este concepto surgió en Europa y que posee una serie de características diferentes.

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El director de la Fundación Dinero y Conciencia manifestó que, en este caso, el banco vendría a ser “como el corazón de la economía”, el cual es responsable de bombear la sangre, que en este caso es el dinero, “hacia los distintos órganos (…) de la sociedad”.

Cantuarias recalcó que esto le otorga un rol muy importante, ya que dependiendo hacia dónde hace fluir el dinero “es el tipo de sociedad que crea”. “Entiende que es un gran actor en la creación de la sociedad, por lo tanto, tiene lineamientos éticos para decidir dónde invierte y dónde no”.

La sociedad en la que vivimos está construida por ese comportamiento, ese criterio ético o no ético que tiene el sistema financiero respecto a donde invierte. En ese sentido la banca ética es una banca del futuro, con una mirada de largo plazo de la sociedad”, detalló.

El experto sostuvo que han logrado avanzar en Chile ya que ofrecen una banca especializada, la cual financia áreas específicas, tales como educación y cultura, desarrollo e inclusión social y medio ambiente. Asimismo, destacaron que hay un mayor compromiso por parte de los inversionistas.

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“La gente entiende que, si están molestos por lo de la pandemia, la crisis social o el cambio climático, no pueden esperar a que las cosas las cambien los demás, necesitan ellos también cambiar”, enfatizó.

A nivel nacional, Cantuarias señaló que “el cambio todavía es lento, pero es bien real, esto no es un cambio ficticio“. “Tanto el inversionista grande, como el pequeño y el minorista, entendieron que tienen un rol de jugar (…) y que no es viable seguir como estábamos”.

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