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La pandemia por coronavirus ha enrostrado diversos desafíos y exacerbado problemáticas existentes. Una de ellas es la vulnerabilidad de las ciudades y los espacios por diversos factores. En este sentido, sabemos que existen lugares más indefensos que otros frente a crisis como las que hoy vivimos por el brote de COVID-19.

En el marco de las políticas públicas que se están construyendo sobre la marcha, al igual que las políticas sanitarias, Paloma Ávila conversó con Carlos Aguirre, director de la Escuela de la Construcción e investigador del Centro de Producción del Espacio de la Universidad de Las Américas.

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La Universidad de Las Américas presentó recientemente un Atlas que muestra las vulnerabilidades espaciales que tiene Chile y a partir de este estudio, señala mapas con los puntos más frágiles. De ahí se pueden observar datos que son relevantes en esta crisis sanitaria, como los lugares que concentran mayor densidad de población de adultos mayores y cómo esto se cruza con variables como la pobreza.

Esta información se podría utilizar para la toma de decisiones en cuanto a políticas públicas y sanitarias en este contexto. “La construcción del índice de vulnerabilidad, donde incorporamos factores espaciales, hemos logrado identificar zonas donde, si el virus llegara entrar, sería una tormenta perfecta para causar mucho daño“, dijo.

En el sitio web producciondelespacio.org Aguirre y su equipo muestran el mapeo de las zonas urbanas con sus distintas características y contextos.

Al respecto, Aguirre comentó: “Las diferentes condiciones espaciales, en algunos casos, hace mucho más difícil controlar una epidemia que en otros. Particularmente, las condiciones de hacinamiento, de adultos mayores, las condiciones de vulnerabilidad socioeconómicas“, dijo y a esto se le suma la llegada del invierno y la situación de contaminación intradomiciliaria, aspectos relevantes a la hora de establecer la vulnerabilidad de cada sector.

En cuanto a la periferia de Santiago, el experto destacó que una de las variables fundamentales es el hacinamiento y los estándares de construcción, ya que parte del territorio tiene deficiencias importantes. “Y, cuando pasan otras epidemias que tenemos todos los años, que no causan tanto revuelo como el que tenemos ahora, claramente se concentran en estas zonas. En el mapa de vulnerabilidad se ve un anillo que existe alrededor de Santiago, que marca los puntos donde deberíamos mirar”.

En ese sentido, citó el ejemplo de Puente Alto que está marcado en este mapa como zona vulnerable y que coincide con el sector que hoy está en cuarentena. Mientras que en lugares del sur del país, identificaron como particularmente sensibles las regiones que han tenido una construcción de mala calidad y un alto consumo de leña, especialmente en invierno, como Temuco, Chillán y algunas zonas de Talca.

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Una cosa es que el virus no entre y otra que el virus no salga, ahí donde tenemos que controlar el transporte de las personas hacia esos lugares. Claramente hay zonas más rurales donde no se presentan casos porque no se han importado, hay que considerar que esto viene con el transporte humano”, indicó.

En referencia a esto, Aguirre destacó que algunas de las zonas que han identificado como vulnerables no han tenido brotes porque típicamente están aisladas por condiciones de transporte.

Entre las lecciones que se deben aprender de esta crisis en cuanto a políticas públicas, el investigador recomendó tomar en cuenta el hacinamiento en las viviendas como un tema prioritario a resolver.

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