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Cada vez son más los países europeos que deciden suspender el uso de la vacuna de AstraZeneca contra el coronavirus. Naciones como Alemania, Francia e Italia paralizaron su administración a modo de precaución tras la detección de casos de trombosis que podrían estar relacionados con la inyección.

Tal relación, sin embargo, no está probada. Desde la Universidad de Oxford, el director del grupo de vacunas, Andrew Pollard, dijo que hay pruebas “muy tranquilizadoras” de que no hay un aumento del fenómeno de los trombos en el Reino Unido, donde se han administrado hasta ahora la mayoría de las dosis en Europa. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también recomendó la semana pasada seguir usando el preparado ya que “no hay razón para dejar” de hacerlo.

En Última Mirada, el analista internacional Raúl Sohr sostuvo que suspender la vacunación con determinado preparado “es una medida de gravedad extrema”, sobre todo porque, después de Pfizer, la de AstraZeneca es la segunda vacuna más usada en el viejo continente. Además, la suspensión por parte de varios países podría intensificar el escepticismo de un grupo de la población hacia la inoculación.

“Han dicho que es simplemente una precaución para ver qué pasa, pero si de eso se tratara, quizás sería conveniente hacerle caso a la OMS, seguir adelante y mirar en retrospectiva, más que tomar los riesgos de no vacunar”, dijo el analista.

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Sohr cuestionó que “si tienes 10 países de esa categoría, que tienen una base científica, que tienen su propio establishment médico absolutamente independiente, científicos de primera línea, y ellos están señalando que hay algo, uno se pregunta cuál es ese algo, porque por lo menos por las estadísticas no se observa”. Además, alertó que “los riesgos de no vacunar son enormes”.

El analista señaló que “cuando tú consideras que hasta ahora los que han desarrollado coágulos no pasan de decenas, versus los miles que mueren todos los días a causa del COVID, tú lo pones en la balanza y aunque tuviese riesgos, son ínfimos comparados con los riesgos que corren al no poner la vacuna”.

“El ver qué pasa tiene costos muy altos, no es gratis, y me refiero a vidas y sufrimiento de personas”, advirtió.

Sin embargo, destacó que “es un dilema que afortunadamente en Chile no lo tenemos”, ya que dicha vacuna no está siendo administrada en el país.

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