Por Mónica Rincón
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Los senadores Juan Castro y Manuel José Ossandón habían comprometido públicamente su apoyo a la paridad en una eventual convención constituyente. Pero este miércoles Ossandón no estuvo y Castro se abstuvo. También se abstuvo el senador Prohens y tampoco estuvieron presentes Felipe Kast y Carmen Gloria Aravena.

Faltó un voto, uno solo, para garantizar que el 52% de la población esté bien representada en una instancia tan excepcional como relevante.

Ocurre justo el día en que se conoce un estudio que dice que si se contabilizara el trabajo doméstico (que sabemos es realizado preferentemente por mujeres), aportaría el 21,8% del PIB. Sin ese trabajo, el sistema no podría funcionar, pero no se reconoce.

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Las mujeres aportan igual que los hombres y muchas de ellas más, porque tienen doble jornada: puertas adentro y puertas afuera. Tiene iguales
capacidades, pero no tienen igual voz.

Es increíble los obstáculos que en pleno siglo XXI se ponen para que no ellas no tengan voz en igualdad de condiciones, en la construcción de la norma más importante de todas: la Constitución.

De quienes se abstuvieron o se ausentaron en la votación sobre paridad, decepciona que hablen de equidad, de inclusión y que no pongan sus votos donde dicen que están sus compromisos.

No se les ocurra después regalar chocolates o flores para el 8 de marzo, porque lo que merecemos es que cumplan con avanzar en mayor equidad.

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