Por Mónica Rincón
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“Creo que hay parlamentarios que tienen redes con el narcotráfico”. Palabras de Maite Orsini que, si no fueran por el “creo que”, la podrían haber llevado a tribunales y que recordaron las del ex ministro de Pinochet Francisco Javier Cuadra.

Siguió la parlamentaria: “No quisiera dar nombres porque no corresponde.” No pues, diputada, lo que no corresponde es hacer acusaciones al voleo, menos desde una tribuna como la suya. Lo que corresponde y lo que es su deber legal es dar esa información a la Fiscalía como la funcionaria pública que es.

Pero luego Maite Orsini completó: “Yo no tengo pruebas, yo creo. No he denunciado porque la información es pública”, haciendo referencia al PS y San Ramón. Si no tiene pruebas, entonces es una frivolidad enorme disparar así, y si las tiene y las calla, es una irresponsabilidad.

La defensa de su partido: Mala. Que quien nada hace, nada tema, dijo el diputado Vidal. Le faltó nombrar a las blancas palomas y ahí quedaba de gemelo de su colega de RN Fuenzalida, que usa esa metáfora respecto del control de detención.

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No es la primera vez que un legislador acusa a sus colegas. Pía Guzmán con las redes de pedofilia y en 1995 hubo un diputado que dijo “hay parlamentarios que consumen drogas”. ¿Quién? Pablo Longueira.

Que tampoco se pasen varios pueblos los diputados. Esto los desprestigia, sí, pero no es que muchos de ellos no hayan ayudado harto también. Es como pasar del piso -2 al -4 del desprestigio, pero no estaban en la azotea de la confianza ciudadana.

Cuidar a las instituciones no es eximirlas de toda crítica, esa es una mala manera de cuidarlas. Eso también lo hemos escuchado y más parece una defensa corporativa y la malentendida costumbre de barrer bajo la alfombra, como si cuando un día se la corra, la mugre no fuera a seguir estando ahí.

Pero la crítica y las denuncias tienen que ser responsables y fundadas. No se especula sobre un delito, no basta con decir “creo que”. Eso sí que desprestigia a las instituciones y las chilenas, como el Parlamento, no tiene en su cuenta corriente de confianza mucho a lo que echar mano.

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