Este 8 de marzo se conmemorará una nueva jornada del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, y tanto en Chile como en otros países del mundo, se realizará la Huelga General Feminista, paralización en la cual se busca protestar por la violencia machista que se vive en distintos ámbitos.

Uno de ellos es la brecha salarial de género, es decir, la diferencia que existe en los sueldos que se pagan, cuando un hombre y una mujer realizan el mismo trabajo.

Chile ocupa el quinto lugar entre los países con mayor diferencia de sueldos entre géneros en todo el mundo, según el informe respectivo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Según este ranking, la diferencia entre la mediana salarial entre hombres y mujeres por el mismo trabajo, es de un 21,1%, casi siete puntos atrás del promedio de brecha salarial de los países miembros de la OCDE, el cual llega al 14,3%.

¿Qué es la mediana salarial? Es tomar los sueldos de las personas de menor a mayor y determinar el dato que se encuentra en la exacta mitad entre dichos ingresos.

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Por otra parte, los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) al respecto son menos alentadores. Según el organismo estatal, entre 2014 y 2017, las mujeres que trabajaron en Chile recibieron un ingreso medio por su ocupación principal menor que los hombres, con brechas mayores a 29% en desmedro de ellas. Por ejemplo, en 2017, las ocupadas obtuvieron cerca de $450 mil al mes, mientras que los ocupados $637 mil, es decir, casi $200 mil de diferencia.

En tanto, los datos obtenidos de la Superintendencia de Pensiones nos muestran que actualmente las mujeres ganan un 12,4% menos que los hombres, según el sueldo imponible promedio.

Esta desigualdad no solamente está en los salarios, sino en las posiciones de poder de las mujeres. Un estudio de la Cepal muestra que el 9% de los CEO (directores ejecutivos de empresas) son mujeres, cifra que se reduce a la mitad en Latinoamérica.

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Países ejemplos

Esto motiva a mirar las soluciones de otros países para resolver el problema de la desigualdad salarial entre hombres y mujeres. Un caso emblemático es el de Islandia, país que durante la última década ha liderado el ránking del Foro Económico Mundial como el país con menor brecha salarial.

En aquel país, el 1 de enero de 2018 entró en vigencia una ley que busca equiparar los sueldos entre hombres y mujeres, obligando tanto a empresas públicas como privadas, a entregar la misma remuneración por el mismo trabajo. En el caso de incumplir la norma, las sanciones podrían llegar hasta los 400 euros (unos $300 mil  por cada día que el empleador ocurra en esta irregularidad).

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Por su parte, Alemania decretó este año la Ley para el Fomento de la Transparencia en las Estructuras Salariales, la cual obliga a las empresas con más de 200 trabajadores a revelar los sueldos que reciben individualmente los empleados por una misma labor, como una forma de que las personas puedan tener información sobre una brecha salarial que, según los datos de la Unión Europea, llega al 21%.

Tomar medidas para acortar la brecha de género es urgente. El desafío está en las autoridades y entidades de gobierno, para poder legislar sobre este tema; tal como en Islandia, obligar a empresas a pagar de igual manera, ya sea un hombre o una mujer. Sin desarrollar políticas al respecto, se necesitarían 70 años para acortar la brecha, de acuerdo a ONU Mujeres.

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