El hombre que sostuvo la lucha libre en sus manos: John Cena se encamina hacia la batalla que pondrá fin a una era
Por Juan Andrés Galaz Pinto
12.12.2025 / 15:02
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John Cena se prepara para despedirse definitivamente del cuadrilátero este sábado en Washington, cerrando una carrera de casi 25 años que redefinió la WWE y marcó a generaciones de fanáticos. Su retiro, anunciado para el final de su tour mundial, simboliza el fin de una era en el “deporte entretenimiento” y abre una incógnita sobre el futuro de una industria que durante dos décadas giró en torno a su figura.
En Washington, la noche del sábado, la campana final sonará con un tono distinto. No marcará solo el cierre de un combate; anunciará el fin de una era.
John Cena, la figura que ha sostenido a la WWE durante más de dos décadas, realizará la reverencia final y abandonará el cuadrilátero entre una ovación que, con seguridad, se prolongará más allá del estruendo habitual, como si cada fanático intentará retenerlo un instante más. En ese instante, en medio de un estadio repleto, se concretará lo que hace años parecía imposible: el retiro del hombre que volvió la frase “You can’t see me”un lenguaje universal del entretenimiento deportivo.
Para muchos, esa noche no será solo un punto final, sino un tránsito hacia algo que aún no se comprende del todo. No se sabrá si el silencio posterior estará hecho de nostalgia, de despedida o de una aceptación colectiva de que un capítulo histórico quedará cerrado para siempre.
John Cena en su tour de retiro. Cortesía de WWE
El inicio de una leyenda que nadie vio venir
Cuando Cena apareció por primera vez en SmackDown, a inicios de los años 2000, el “deporte entretenimiento” vivía una edad dorada difícil de imaginar hoy. Reinaban gigantes como The Rock, Stone Cold Steve Austin, Triple H yThe Undertaker. Kurt Angle, campeón olímpico en 1996, era una de las figuras más respetadas del roster. Pero aquella noche, el joven oriundo de West Newbury, Massachusetts, avanzó hacia el ring con una expresión tensa, casi temeraria, para responder al reto abierto de Angle.
“Ruthless Aggression”, gritó antes de lanzarse contra él. No era solo una frase: fue una declaración de guerra, un estallido que cambió la dinámica de la compañía y que, con los años, sería recordado como el primer golpe de una carrera que alteraría la arquitectura completa de la WWE.
Transformaciones, rechazos y un ascenso indiscutible
Los primeros años fueron de mutación y búsqueda. Cena adoptó el rol del “rapero” que improvisaba rimas corrosivas; un personaje que, lejos de ser una caricatura, capturó la atención de millones de jóvenes. Su impacto fue tal que incluso grabó un álbum, señal de cómo su figura trascendía los límites tradicionales del luchador.
Luego llegó la consolidación: la evolución hacia un héroe inquebrantable, un nuevo Hulk Hogan para otra generación. El luchador que saludaba a niños, que soportaba el desprecio de adolescentes cansados de verlo ganar siempre, que encarnaba un tipo de moral férrea en un espectáculo acostumbrado a los matices. Esa combinación de idolatría, rechazo y persistencia lo convirtió en algo más que el rostro visible de la industria: se transformó en el pilar sobre el cual la WWE construyó su identidad durante gran parte del siglo XXI.
Las rivalidades que moldearon al último gigante
En la trayectoria de John Cena, las rivalidades no fueron simples capítulos de una historia deportiva: fueron los cimientos que definieron su identidad dentro del ring. Durante más de dos décadas, Cena se enfrentó a figuras que no solo probaron su resistencia, sino que también delinearon el mapa emocional de una generación completa de fanáticos.
Su disputa más emblemática nació junto a Randy Orton, compañero de era y espejo invertido de todo lo que Cena representaba. Juntos ascendieron desde los días en Ohio Valley Wrestling, pero mientras Cena irradiaba disciplina y rectitud, “La Víbora” encarnaba la frialdad calculadora y el instinto depredador.
John Cena vs. Randy Orton en el evento WWE Tables, Ladders & Chairs Match. / Cortesía de WWE, 2013
Esa tensión, tan genuina como inevitable, derivó en duelos que marcaron a la WWE: desde SummerSlam 2007 hasta el brutal “I Quit” de 2009 o la guerra de mesas, escaleras y sillas en 2013. Cada enfrentamiento pareció escrito para recordar que ambos estaban destinados a chocar una y otra vez, como si sus carreras solo adquirieran plenitud al estar frente al otro.
A esa intensidad se sumó Edge, el oportunista definitivo, cuya rivalidad con Cena cambió para siempre la narrativa de los campeonatos mundiales.
John Cena vs. Edge en el evento WWE Tables, Ladders & Chairs Match. / Cortesía de WWE, 2006
Cuando Edge canjeó su Money in the Bank en 2006, no solo ganó un título: abrió una grieta histórica en la figura del héroe invencible. Lo que siguió fue una serie de encuentros incendiarios, desde luchas que rozaron la violencia más visceral hasta la infame noche en que Edge irrumpió en la casa de la infancia de Cena para abofetear a su padre. Fue una historia que devolvió a la WWE el filo irreverente de la Era de la Actitud, empujando a ambos a reinventarse en cada choque.
Y luego estuvo The Rock, una rivalidad escrita para el mito. Cuando el “Great One” regresó en 2011, no solo encontró a una WWE distinta: encontró a un Cena convertido en el heredero natural de su trono. El choque verbal entre ambos se volvió tan personal que trascendió los libretos, con ataques directos, improvisaciones tensas y un enojo palpable que convirtió sus enfrentamientos en un evento global.
Su duelo en WrestleMania XXVIII, pactado un año antes, no fue simplemente un combate, sino el colapso de dos épocas sobre un mismo escenario. Un año después, la revancha coronó a Cena como campeón y cerró, al menos en lo formal, una disputa que resonará por décadas.
John Cena vs. The Rock en el evento de WWE WrestleMania 28. / Cortesía de WWE, 2012
La lista continúa con CM Punk, quizá el antagonista más subversivo que Cena enfrentó. Punk desafió el orden establecido, proclamándose “El Mejor del Mundo” y denunciando que el sistema de la WWE estaba construido alrededor de la figura de Cena.
Su lucha en Money in the Bank 2011 en Chicago no solo quebró las expectativas: fracturó la línea entre ficción y realidad. Punk derrotó a Cena y se marchó con el campeonato, generando una de las historias más influyentes de la década. Ambos volverían a cruzarse repetidamente, siempre con la sensación de que entre ellos había asuntos pendientes, incluso cuando el ciclo parecía haber terminado.
Estas rivalidades (tan distintas, tan intensas, tan narrativamente potentes) construyeron la figura de Cena tanto como sus triunfos. Fueron los hombres que lo empujaron, los que lo desafiaron, los que lo obligaron a reinventarse para sostener el peso de una compañía entera. Y en cada uno de ellos quedó grabado, de una u otra forma, el impacto de un luchador que convirtió cada conflicto en un capítulo crucial de la historia moderna de la WWE.
Récords de un campeón que sostuvo a una compañía entera
Los logros acompañaron esa transformación. Cena alcanzó 17 campeonatos mundiales, superando la marca histórica de Ric Flair según los registros oficiales de WWE. Catorce de esos títulos corresponden al campeonato máximo de la compañía y tres al de peso pesado.
A eso se suman cinco campeonatos de Estados Unidos, uno Intercontinental y cuatro títulos en parejas, distinción que lo convierte en uno de los pocos luchadores en obtener el estatus de campeón Grand Slam.
Más allá de las cifras, hubo algo que no se puede medir: su capacidad para llenar estadios, liderar giras, sostener audiencias televisivas y convertirse en un símbolo cultural reconocible incluso para quienes nunca han visto lucha libre.
John Cena junto a Brock Lesnar en WWE / Cortesía de WWE
“Es tiempo de dedicarme más a mi familia y a mis proyectos cinematográficos”, expresó en la conferencia donde confirmó que 2025 sería su último año en WWE.
La compañía respondió con lo obvio: un tour mundial que funcionó como una celebración en movimiento, un homenaje viviente a una carrera que acompañó a varias generaciones. Recorrió Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Japón, Alemania, Australia y México, en una gira que fue al mismo tiempo despedida y ritual. Los fanáticos parecían entender que estaban frente al cierre del último gran capítulo del “sports entertainment” tal como lo conocieron.
John Cena en su tour de retiro. Cortesía de WWE
La última campana
Y ahora, llegará la noche final en Washington. Cena ingresará al ring bajo una marea de teléfonos grabando, niños alzando pancartas y adultos que, quizás por primera vez en años, lo aplaudirán sin ironías. A estas alturas, ya no importará la técnica ni el resultado. Importará el acto simbólico: presenciar la despedida del hombre que marcó una generación completa.
Cuando la campana anuncie el final, Cena levantará los brazos y mirará al público como si devolviera, con un gesto, todo lo que recibió en un cuarto de siglo. Dará un paso atrás, tocará las cuerdas con la calma de quien sabe que ese es el último tránsito y abandonará la escena bajo un silencio reverencial que solo se quebrará con su música de salida.
Y entonces quedará la pregunta inevitable: ¿qué vendrá después de él?
Un legado imposible de borrar
Porque hay figuras que se recuerdan por un movimiento o un truco. Pero John Cena construyó una mitología: niños que lo imitaron, adultos que lo desafiaron, multitudes que vibraron con sus regresos.
John Cena de niño. Cortesía de WWE
Ya no estará sobre el cuadrilátero, pero su figura seguirá ahí, anclada en los relatos, en los videos, en los campeonatos y en las noches en que cargó a la industria completa sobre sus hombros.
Aunque él decía “No me puedes ver”, el mundo entero sí lo verá al final: saliendo del ring por última vez mientras la WWE se prepara para entender cómo se vive sin él.
Y lo verá, también, iniciando otra vida fuera del cuadrilátero, mientras la historia del deporte entretenimiento cierra una de sus páginas más importantes.
El juego contiene diversos guiños a la cultura popular y a CNN Chile, como lo son el perro roba empanadas, el escudo de Capitán América de José Antonio Kast y conductores de CNN Chile, como Sebastián Aguirre y Sebastián Rivas.