El 27 de septiembre la revista Science publicó los descubrimientos realizados gracias a tecnología láser de mapeo llamada LiDAR (short for “Light Detection And Ranging”).
Enormes fortalezas en la selva, pirámides escondidas, granjas y canales esparcidos en los pantanos y autopistas que atraviesan matorrales de la selva son parte de las 61 mil estructuras mayas antiguas que están cubiertas por la vegetación en las tierras bajas tropicales de Guatemala.
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Este descubrimiento demuestra cómo los mayas alteraron el paisaje de la zona durante más de 2.500 años, desde 1000 a. C. hasta el 1500 d. C.
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Ellos vivieron en el sur de México, Guatemala, Belice y el oeste de Honduras, y según consignó The New York Times, dejaron atrás una rica historia escrita, pintada e inscrita en madera, piedra y cerámica.
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Lídar
Este sistema es similiar al radar, pero usa láser en ráfagas que ayudan a mapear una determinada zona.
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Fue en el año 2016 que un investigador del Centro Nacional para Mapeo Láser Aerotransportado en la Universidad de Houston, llamado Juan Fernández Díaz sobrevoló a más de 2 mil kilómetros sobre las copas de árboles, y por cada segundo enviaron más de medio millón de pulsos láser.
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¿Qué reveló el mapa 3D?
Mostró viviendas y templos, fortalezas para la defensa como fosos y zanjas, terrazas agrícolas y caminos.
Por cómo construyeron los canales de riego, los investigadores aseguraron que sus granjas probablemente se veían similares a las de la actualidad en el sureste de Asia.
Fue en febrero que a través de National Geographic el equipo, financiado por la Fundación Patrimonio Cultural y Natural Maya, informó que habían descubierto las ruinas y que completarían su análisis.
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Datos
Calculan que hubo entre siete y once millones de personas viviendo en las tierras bajas centrales en un periodo tardío que duró desde el 650 d. C. hasta alrededor del 800 d. C.
Luego de usar el LiDAR, lo analizaron y al volver al lugar para comprobar los resultados, dieron con más descubrimientos. Encontraron que había una fortaleza oculta en el follaje.
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El uso de esta nueva metodología abre caminos para una serie de descubrimientos relacionados con la arqueología, los que nos pueden mostrar aspectos de la historia que nos cambiarán la forma en que la veíamos.
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