Casa Museo Eduardo Frei Montalva

(CNN en Español/CNN Chile) – En 1968 y tras visitar Brasil, la joven reina Isabel II arribó a Santiago junto a su esposo, el duque de Edimburgo, luego de una invitación del presidente Eduardo Frei Montalva. Allí, una multitud inesperada recibió a la joven pareja.

“Chabelita, la casa es suya”, fue el titular del diario La Segunda el día de su llegada. “Londres: Chile derrocha cariño”, dice otro titular del mismo diario.

Además, el mandatario la invitó a una inédita cena en su residencia personal, junto a su familia. La casa, ubicada en Hindenburg 683, Providencia, aún existe y actualmente funciona como archivo y casa museo que el público puede recorrer, incluyendo el comedor de aquella histórica cena, que está montado como aquella vez en 1968.

Casa Museo Eduardo Frei Montalva

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La socióloga y fotógrafa Iberia Torres investigó la visita y presentó una exposición para celebrar los 50 años del acontecimiento.

“La gente estuvo fascinada de poder ver en vivo y en directo a la reina de los cuentos”, asegura Torres.

“Además, una pareja muy cinematográfica. Porque ella linda, joven, elegante. Y él, estupendísimo, alto, todas las mujeres enamoradísimas del príncipe Felipe. Así que fueron distintos elementos que se conjugaron para que Chile la recibiese muy bien y ella quedase muy contenta”, explica Torres al ver los titulares y las fotos de la época.

Casa Museo Eduardo Frei Montalva

El embajador emérito Mariano Fontecilla tuvo a su cargo la organización de la visita, en su papel de jefe de protocolo de Chile en 1968.

“Fue una de las más populares de todas las visitas que me ha tocado recibir aquí en Chile. En ese plan de masividad está ella y el Santo Padre (Juan Pablo) que estuvo aquí en su momento”, explica Fontecilla.

“Nunca había visto hasta ese momento tanta compenetración de la gente, entusiasmo, cariño y presencia popular”, añade.

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Cuando le preguntamos al embajador emérito qué recuerda más de la monarca. Fontecilla nos dice: “La jovialidad de ella, muy simpática, por lo menos en todo su trato y en todo su ser, y, además, su juventud, estábamos todos bastante más jóvenes”.

Cortesía: Mariano Fontecilla

Fontecilla además recuerda lo que él llama “una situación rapidísima” que ningún grupo de avanzada pudo predecir. Días antes de la llegada de la soberana, el palacio Cousiño, donde la pareja se alojaría, sufrió un incendio.

El jefe de protocolo pidió mobiliario prestado y “en días tuvimos que inventar un semi Palacio que fue el Hotel Carrera, transformarlo en una pequeña residencia para la Reina y el Duque”, relata Fontecilla.

Isabel y Felipe pasaron además unos días en el sur del país en una viaje privado. La joven soberana disfrutó de un asado campestre en el pueblo de Pucón, nos cuenta Iberia Torres.

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