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En la discusión que se está dando en el país con el objetivo de construir un nuevo pacto social, el rol de la mujer es ese proceso tiene especial relevancia. Para conversar sobre este tema, Matilde Burgos entrevistó a María José Bosch, académica y directora del Centro de Trabajo y Familia ESE Business School de la Universidad de Los Andes.

La mujer ya había comenzado a tomar roles más activos en las manifestaciones ciudadanas, en especial el 8-M de 2019, en el contexto del estallido social también se posiciona en la sociedad y en los movimientos con un rol protagónico que se ha evidenciado en expresiones como la intervención de Lastesis, “Un violador en tu camino”, que recorrió no solo Chile sino que le dio la vuelta al mundo.

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Bosh considera que esta participación activa de las mujeres viene incluso de antes del 8-M pero que, pese a que la mitad de la población es femenina, se les suele dar un trato de minoría, lo que trae como consecuencia que la voz y la representatividad de la toma de decisiones no están todos los actores sociales.

La mujer es un rol fundamental, tenemos iguales capacidades que los hombres, pero tenemos distintas formas de enfrentar los problemas, y esas distintas miradas, dan mejores decisiones, dan una mayor representatividad. Entonces, es fundamental que hombres y mujeres participen de todas las esferas de la sociedad, tanto en lo público como en lo privado”, agregó la académica.

Si bien las mujeres integran cerca de la mitad de la población y, de hecho, hay estadísticas que indican que las mujeres no solo participan más en actividades académicas sino que son más las profesionales que egresan de la educación superior, pero existe una brecha al final del camino. Tanto en la representatividad en la política como en los altos cargos empresariales, la mujer va desapareciendo de las posiciones clave y de toma de decisión.

Seis de cada diez profesionales que egresan somos mujeres, además tardamos un año menos en terminar la carrera y en general tenemos mejores notas, esos son datos que podemos buscar en el Ministerio de Educación. Pero, lo importante es que no todas las mujeres están llegando con las mismas opciones y las mismas posibilidades“, enfatiza Bosh.

La experta añade que la brecha comienza a abrirse cuando las mujeres, una vez que egresan de la educación superior, dejan de participar en el mercado laboral. “Baja a un 57% las universitarias, en las que tienen magíster y doctorados la participación laboral es equitativa con el hombre, que es de 80%. Y las mujeres que dejan de participar en el mercado laboral lo hacen por razones familiares permanentes. Tienen que cuidar a alguien”.

El este punto la académica de la Universidad de los Andes, destaca la responsabilidad de la sociedad ya que le asigna a la mujer la exclusividad del cuidado de niños, enfermos y adultos mayores. “El cuidado de la familia es fundamental, en el que hombres y mujeres son igualmente capaces de cuidado, pero lo hemos asignado únicamente a las mujeres“, dijo.

En la brecha de género que existe en la sociedad y el mercado laboral juegan un papel fundamental los sesgos. “Hay un sesgo súper fuerte que es el sesgo inconsciente. Que a la hora de asignar roles de liderazgo, asociamos más características masculinas que femeninas a los líderes”, aseguró la directora del Centro de Trabajo y Familia ESE Business School de la Universidad de Los Andes.

En este sentido, explicó que, dado que las sociedades en general, no solo al chilena, tienen estos sesgos marcados, las cuotas de género ayudan a combatirlos. “Tenemos una muestra absolutamente buena de mujeres, muy capacitadas, muy profesionales, muy buenas pero no las estamos eligiendo por un tema de sesgos. En cambio, si obligamos, si aceleramos el proceso a nivel de cuotas tendríamos una representatividad de la sociedad que es súper importante en la toma de decisiones”.

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En cuanto a experiencias de otros países sobre la paridad de género, Bosch explica que el mayor acelerador es donde se han establecido una cuota fija.

Hay un gran sesgo a la hora de evaluar a las mujeres, somos más exigentes y más críticos con las mujeres“, dijo y agregó que en el liderazgo femenino hay más empatía y más comunicación. “Aclaro que es el liderazgo femenino, y este tipo de liderazgo lo pueden desarrollar los hombres, pero es más común en las mujeres”.

Yo creo que vamos a llegar a una mejor sociedad cuando valoremos al hombre y la mujer en los distintos roles. No solamente cuando digamos, sí, la mujer tiene que participar en el mundo de la empresa y el mundo público, es que el hombre también tiene que participar en el mundo privado y es igualmente válido y es igualmente valioso su aporte en las distintas esferas. Cuando nos valoremos todos y veamos que aportamos a la sociedad desde nuestros puntos de vista y cuando hombres y mujeres participan, generan más valor a la sociedad, en el fondo damos distintos puntos de vistas, vamos a estar mejor”, puntualizó.

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