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Un reporte de un jurado en Estados Unidos asegura que documentos internos de seis diócesis católicas en Pensilvania muestran a más de 300 “sacerdotes depredadores” que han sido creíblemente acusados de abusar sexualmente de más de 1.000 niños víctimas.

Sacerdotes violaban niños y niñas, y los hombres de Dios quienes fueron responsables por ello no sólo no hicieron nada: lo escondieron todo. Por décadas. Monseñores, obispos auxiliares, obispos, arzobispos, cardenales han sido mayormente protegidos; muchos, incluyendo algunos nombrados en este reporte, han sido ascendidos. Hasta que eso cambie, pensamos que es muy pronto para cerrar el libro del escándalo sexual en la iglesia católica”, puntualiza.

El extenso reporte investiga el abuso sexual clerical en seis diócesis remontándose a 1947. Las otras dos diócesis de Pensilvania, Filadelfia y Altoona-Johnstown, fueron objeto de otros reportes previos, en los cuales se encontró información de daños similares involucrando a clérigos.

Esta semana el Estado Vaticano reaccionó ante estos hechos, expresando su vergüenza, su pesar y destacan la necesidad de obedecer la legislación civil, haciendo énfasis en la necesidad de denunciar a la justicia ordinaria casos de abusos.

A diferencia del caso chileno, en el que el Papa Francisco citó a los obispos y solicitó sus renuncias, en la situación de Estados Unidos no se han referido a desvinculaciones ni renuncias.

Revisa los detalles de ésta y otras noticias internacionales en Conexión Global junto a Paz González.

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