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No sólo en la discusión por el presupuesto 2021 se ha hablado de cifras. Mucho se ha escuchado desde el Congreso, puntualmente, de fracciones. Los quórums han estado en el centro del debate constitucional, de cara a la redacción de la nueva Carta Magna. “Constituye un error aproximarnos a la regla de los 2/3 en clave hoja en blanco o no, porque se pierde el contexto“, asegura Eric Palma, profesor de Derecho Constitucional de la U. de Chile.
Un contexto que, como agrega Palma, es sociopolítico, y que fue el que validó la realización del plebiscito constitucional de octubre. La discusión por los quórums de la nueva Constitución se intensifica con el paso de las semanas, especialmente, luego que la diputada Camila Vallejo (PC) presentara un proyecto que busca que en la Convención Constitucional se pueda decidir si modificar o no la regla de los 2/3 para las indicaciones de la nueva Constitución.
“No se va a entender cómo, para la aprobación de las normas, 55 votos en contra y 100 a favor pueda significar que no se haga lo que una mayoría ha planteado. Es poco democrático que 55 pueda mas que 100″, ha asegurado Vallejo en la presentación del proyecto, iniciativa que despierta rechazo en el oficialismo, pero también en la misma ex Nueva Mayoría.
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“Debemos dejar que el proceso constituyente siga su curso”, opina el senador Ricardo Lagos Weber, quien se muestra molesto con la discusión por los quórums. “Yo lamento y no comparto para nada, que algunos quieran modificar y pasar a llevar la soberanía popular que ya se expresó, modificando los quórums o tratando de intervenir la hoja en blanco”, recalca el senador por la región de Valparaíso.
En Chile Vamos, el proyecto de la diputada Vallejo, como se esperaba, fue criticado con más fuerza. “Lo que hace este proyecto es desconocer lo que han sido las experiencias internacionales en procesos constitucionales, donde siempre se ha privilegiado establecer un quórum de este tipo porque no estamos hablando de un simple proyecto de ley, sino que de la Constitución política”, apunta Osvaldo Urrutia, diputado de la UDI.
“Creo que la propuesta es legítima y que observar los 2/3 únicamente como si estuviéramos hablando de una cuestión procedimental es un error, perdiendo de vista el contexto y el rol que algunos sectores buscan atribuirle de tal manera que sea un dique, ante las legítimas demandas”, analiza Eric Puelma.
El tercio de bloqueo
Cuando el senador Lagos Weber se refiere a quienes “quieren intervenir la hoja en blanco”, se refiere a Pablo Longueira, histórico referente del gremialismo quien, en el Consejo Ampliado de la UDI realizado en septiembre, aseguró que “basta que nosotros tengamos un convencional más del tercio del total de elegidos, y partimos de la Constitución actual (…) No hay hoja blanco si sacamos el tercio. No existe, así de simple”, aseguró en ese entonces Pablo Longueira.
“Vamos a aceptar el tercio de bloqueo, llamémoslo así. Es decir, si lo miramos del punto de vista positivo, se requieren 66% para aprobar las normas de una nueva Constitución”, agregó en la misma instancia.
Dos meses después de esos dichos, el relato, con algunos matices, continúa siendo el mismo en Chile Vamos.
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“Más allá de lo que haya o no planteado Pablo Longueira, aquí lo importante es tratar de alcanzar como sector al menos un tercio de los constituyentes para así garantizar en la nueva Constitución aspectos que son fundamentales, como el derecho a la propiedad, el tener un Estado eficiente para todos los chilenos o poder asegurar un sistema previsional que proteja la propiedad de los fondos de pensiones”, aclara el diputado Osvaldo Urrutia (UDI).
“La regla del tercio y las reglas de quórum en general, no vienen en Chile a proteger a una minoría, sino que a una elite que construyó un entramado de protección de intereses, valores y derechos, recurriendo a una fórmula de la denominada ‘democracia protegida’. Es toda una paradoja y se ha sostenido por décadas, intentando legitimarla, ocultando que no es una minoría”, concluye Eric Palma sobre la discusión por la “hoja en blanco”.
El debate constitucional, por lo que se ve en el Congreso y en el ambiente político en general, continuará teniendo a los tercios en el centro de las discusiones, mientras, en paralelo, continúa también la carrera para elegir a los futuros integrantes de la Convención Constitucional. Al final, serán ellas y ellos quienes dirigirán la suerte de la Nueva Constitución.
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