En la tarde del lunes, el Contralor General de la República, Jorge Bermúdez, salió al paso de los cuestionamientos al organismo fiscalizador, tras darse a conocer la existencia de varias fórmulas contables en las auditorías que se aplican a las municipalidades en un informe interno.
“Aquí no hay ninguna distinta vara para medir a nadie. Lo que nosotros hemos hecho (…) es aplicar la metodología que siempre ha aplicado la Contraloría, es hacer la contabilidad, tomar la contabilidad de los municipios y realizar la auditoría de la manera que lo ha hecho siempre la Contraloría”, aseguró Bermúdez.
Esta polémica impulsó que la UDI pidiera que Bermúdez renunciara a su cargo, y que en caso de no ocurrir esto, evaluarían presentar una acusación constitucional. La solicitud no tuvo mayor respaldo por parte del oficialismo.
Respondiendo a esto, Bermúdez señaló: “¿Por qué voy a renunciar? ¿No se da cuenta que estamos haciendo el trabajo? (…) Cuando empiezan a aparecer cosas que empiezan a molestar entonces hay gente que cree que lo que hay que hacer no es perfeccionar el control o hacer mejor su propia pega, sino que atacar al que está haciendo su trabajo”.
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El caso de Viña.
En cuanto al caso de la auditoría realizada a la municipalidad de Viña del Mar, que detectó un déficit que supera los 17 mil millones de pesos (monto que podría haber bajado considerablemente si se aplicaban otros métodos usados por Contraloría), la autoridad contó que uno de los factores que se tomaron en cuenta fue el saldo inicial de caja.
“El saldo inicial de caja corresponde a los recursos que pasan de un año a otro en un determinado servicio público, en este caso en una municipalidad. Ese saldo inicial de caja para ser utilizado necesita una cuestión fundamental es que sea de libre disposición para poder aplicarlo al presupuesto“, explicó.
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Siguiendo este punto, agregó que en este caso de no se consideró el saldo inicial de caja, “porque esa plata estaba destinada por parte del Ministerio de Cultura a poder terminar, de una vez por todas, las reparaciones del Teatro Municipal y las reparaciones del Palacio Vergara. Por lo tanto esa plata no era de libre disponibilidad y por eso el auditor correctamente no lo consideró como saldo inicial de caja“.
A la vez, respecto a los ingresos devengados (dinero que se supone que el municipio va a recibir), detalló: “Históricamente, y por esos mismos conceptos en que el municipio consideraba que iba a conseguir ocho mil millones y fracción, en realidad lo que recibía históricamente eran 500 millones; por lo tanto, obviamente es que si historicamente usted ha recibido por un determinado concepto 500 millones, por qué de un año a otro va a pegarse un salto de 7500 millones o más para considerar que iba a ser un ingreso”.
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