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El representante para América del Sur del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), Jan Jarab, informó que, a tres meses de haber dado a conocer el informe por las denuncias de violaciones a los DD.HH., continúan recibiendo relatos de agresiones.
“Seguimos recibiendo alegaciones sobre vulneración de derechos en Chile, en el marco de manifestaciones sociales”, afirmó a través de un comunicado.
El enviado regional de la Alta Comisionada, Michelle Bachelet, destacó que hay medidas que van “en la dirección correcta”, sin embargo, no ha podido constatar avances significativos en la implementación de gran parte de las recomendaciones del informe.
En concreto, destacó las medidas por “el aumento de cámaras corporales que registran el actuar policial, entre otras”.
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Es por esto que la Oficina de la ONU de DD.HH. hizo un llamado a las autoridades para aumentar sus esfuerzos para implementar las recomendaciones del informe.
Entre sus recomendaciones, el informe contempla la creación de un mecanismo que involucre a la Oficina del Alto Comisionado en América del Sur, así como a la sociedad civil, para darle seguimiento a las medidas recomendadas
En el mismo informe, se recomienda que las armas menos letales, como los cartuchos de gas lacrimógeno, “nunca deben dispararse directamente a las personas, pues ello los hace potencialmente letales”.
Sin embargo, sostienen que continúan recibiendo información sobre el uso indebido de estas armas por parte de Carabineros.
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Además, dan cuenta de haber recibido relatos y registros audiovisuales recientes sobre atropellos producidos por carros policiales y golpizas por parte de Carabineros, y en particular información de “agresiones contra brigadas voluntarias de salud, periodistas, observadores de la sociedad civil e incluso del Instituto Nacional de Derechos Humanos”.
Es por todo esto que reiteran a que se realicen las “investigaciones prontas y completas para establecer la participación o responsabilidad de agentes del Estado y sus líneas jerárquicas“.
“Toda violencia es condenable y debe ser motivo de preocupación. Pero además de eso, las violaciones de Derechos Humanos socavan la confianza en las instituciones y en el Estado democrático de derecho”, añadió Jan Jarab.
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