El 21 de septiembre de 1976 un atentado con autobomba terminó con las vidas del ex embajador de Chile en Estados Unidos, Orlando Letelier, y su secretaria, Ronni Moffitt.

Los hechos ocurridos en Washington DC estremecieron a la capital estadounidense, y motivó a que años más tarde funcionarios del Departamento de Estado norteamericano presionaran para que Augusto Pinochet dejara el poder.

Así señala un documento del 1 de octubre de 1979 publicado este viernes por el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washinton, un “canal disidente” en el que sostienen que es posible que “Pinochet haya ordenado el asesinato de Letelier y otros”.

En el documento además hacen un llamado a que Estados Unidos adopte una política agresiva para dejar atrás las relaciones normales que se llevaban con nuestro país hasta el dictador fuera removido. “Nuestra única esperanza de justicia es que Estados Unidos tome medidas para lograrlo“, indican en el documento.

Orlando Letelier y Ronni Moffitt.

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En conversación con La Tercera, el director de la parte de Chile del Archivo de Seguridad Nacional, Peter Kornbluh, explicó que estos canales disidentes son utilizados para que los funcionarios del Departamento de Estado “proporcionen una oposición constructiva o puntos de vista alternativos sobre cuestiones sustantivas de política exterior que no se pueden comunicar de manera completa y oportuna a través de canales y procedimientos operativos regulares”.

Este canal disidente, titulado “Los asesinatos de Letelier/Moffitt: Política hacia Chile” llegó poco después que la Corte Suprema de Chile rechazara la petición de las autoridades estadounidenses para la extradición de los dos principales funcionarios de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) por su rol en este atentado.

Según estos funcionarios estadounidenses, consigna el documento, habría sido el mismo Pinochet quien intervino en la decisión de la corte para no extraditar a estos funcionarios de la DINA. Además, creían que bajo su régimen Chile estaba llevando a cabo “una campaña de terrorismo internacional”.

A esto se sumaba la reacción del Departamento de Estado, quienes decidieron dejar pasar la situación para no arriesgar los intereses económicos forjados entre Chile y Estados Unidos.

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El fracaso de EE.UU. de no reaccionar ante este atropello y desafío a nuestra ley y poder sólo puede llevarnos al desprecio en Chile y en otros lugares. Otros no se desanimarán de (cometer) actos terroristas patrocinados oficialmente en nuestro país por gobiernos que intentan reprimir a la oposición en las comunidades de exiliados”, sostienen.

Desde el Archivo de Seguridad Nacional señalan que “las pocas sanciones impuestas por el presidente (Jimmy) Carter probaron ser efímeras; al final la administración no responsabilizó a Pinochet por los asesinatos, a pesar que los reportes de la CIA determinaron que ‘Pinochet personalmente ordenó’ un acto de terrorismo en Washington DC“.

Estos archivos fueron desclasificados a petición del gobierno de Michelle Bachelet en 2016, cuando se cumplieron 40 años del atentado.

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