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Este miércoles se dio a conocer que Francisco Solar, imputado que se encuentra en prisión preventiva, confesó que le envió un artefacto explosivo al ex ministro Rodrigo Hinzpeter.

Según La Tercera, el acusado decidió quebrar su silencio durante las últimas semanas y prestar testimonio ante el Ministerio Público, donde reconoció los hechos y entregó antecedentes inéditos de lo ocurrido.

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“Pensé en hacer una acción como venganza”

Solar relató que a mediados de 2018 decidió salir del retiro que había tomado para alejarse de la “depredación” de la región Metropolitana y comenzó a plantearse acciones subversivas y anarquistas, ya que “la manera más adecuada de luchar contra un sistema avasallador sustentado en la autoridad y la depredación, es por medio de la acción violenta revolucionaria”.

“Una vez que tomé esa decisión, me puse a pensar en algún objetivo, teniendo claro que, si iba a asumir un riesgo grande, la acción a realizar debía ser potente. Pensé en realizar una acción como respuesta, como venganza contra personas ligadas a la represión y al poder empresarial, ambas características las cumplía a cabalidad Rodrigo Hinzpeter, que en el año 2019 era gerente del grupo Quiñenco, cuyo presidente es Andrónico Luksic”, continuó.

Bajo ese punto, el imputado argumentó que “Hinzpeter había sido ministro del Interior del primer gobierno de Piñera, dejando una estela de represión que será difícil de dejar de recordar. Reprimió duramente las movilizaciones sociales y estudiantiles, intentando levantar una ley marcada por prohibiciones de todo tipo, conocido como la Ley Hinzpeter”.

Como ministro del Interior fue responsable político del asesinato del joven Manuel Gutiérrez, reprimió duramente las movilizaciones sociales de Aysén y de Freirina, militarizó el territorio mapuche, lo que provocó cientos de heridos, muchos de ellos niños e innumerables presos”, agregó.

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“Pensé que lo mejor sería enviar una encomienda explosiva”

Solar sostuvo que “en agosto del 2010, junto con 13 personas más fuimos objeto de los delirios represivos de Hinzpeter, que en su afán por terminar con los bombazos ocurridos principalmente en el sector oriente de la capital desde el año 2005, nos encarceló inventando pruebas, contratando a presos dispuestos a corroborar la tesis de la Fiscalía, tesis que se refería a la existencia de una asociación ilícita terrorista”.

Debido a todo lo anterior, el acusado decidió “atacar” al ex ministro y comenzar a estudiar sus pasos y vida habitual. “Fui a ver al edificio Itaú, a ver su flujo de gente, la gente que entraba, que salía; intenté ingresar al piso 14, donde estaban las oficinas del Grupo Quiñenco, y no pude por los férreos controles existentes en la entrada (…) por lo que pensé que lo mejor sería enviar una encomienda explosiva dirigida a la oficina de Rodrigo Hinzpeter, para asegurarme que él fuera quien abriera el paquete”.

Solar precisó que “los ataques indiscriminados nunca han sido parte de la práctica anarquista, nuestros objetivos son claramente definidos y apuntan a los responsables de la opresión y la represión. Como mi intención era realizar una acción de envergadura (…) decidí utilizar dinamita”.

Ataque a la comisaría de Huechuraba

Durante la confesión, el imputado también argumentó por qué decidió atacar la 54° Comisaría de Carabineros de Huechuraba. “Mi idea fue atacarlos como institución, por lo que representan, por su historia de sangre, tortura y muerte. Decidí atacar la 54 comisaría de Huechuraba como un gesto de venganza por el asesinato de la compañera Claudia López en septiembre de 1998”, aseguró.

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