Por Matías Vásquez
Agencia UNO

El complejo escenario socioambiental en Quintero y Puchuncaví, y una serie de intoxicaciones en colegios y jardines infantiles provocadas por la contaminación en la zona, llevaron a que el presidente Gabriel Boric anunciara el viernes 17 de junio el cierre de la fundición Ventanas.

“Esto es una decisión difícil, es compleja, pero lo hacemos con la convicción de que es la decisión correcta, porque no podemos permitir que el desarrollo económico sea contradictorio al cuidado y protección del medio ambiente, y sobre todo a la salud de nuestra población”, argumentó este viernes el mandatario, luego que los trabajadores depusieran el paro.

En entrevista con DF MAS este sábado, el presidente del directorio de Codelco, Máximo Pacheco, informó que la decisión fue tomada por el directorio, tras lo cual el presidente ejecutivo, André Sougarret, se reunió con los líderes sindicales de Ventanas para comunicarles la medida.

Ahora, dos representantes de la comunidad de Quintero y Puchuncaví entregan sus opiniones a CNN Chile respecto al cierre en lo concerniente al empleo y las proyecciones medioambientales. Mientras una plantea que el anuncio del Ejecutivo generó un quiebre entre la comunidad, los trabajadores y las autoridades, la otra destaca que es una medida que se debió haber tomado dos gobiernos atrás.

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Efectos en el empleo vs. avance medioambiental

Una vez conocida la información sobre el cierre de la fundición Ventanas, el alcalde de Quintero, Mauricio Carrasco, dijo en CNN Prime que la medida lo tomó “por sorpresa” y que, a su juicio, la solución era la inversión: “Invertir en tecnologías para la planta, que no daba más refinando como lo estaba haciendo”.

“Lo que me preocupa es que acá en la fundición son casi 320 trabajadores de planta, 400 trabajadores contratistas, y ahí dejamos 700 familias sin trabajo”, agregó en dicha instancia.

Una preocupación similar expresa ahora la presidenta del Consejo Consultivo del Hospital Adriana Cousiño de Quintero, María Araya, quien planta que “si bien es cierto que Codelco es una fuente contaminante -nadie lo ha negado-, también es la que da más empleabilidad dentro de la comunidad de Quintero y Puchuncaví.”

Por eso, la dirigenta social dice que la conversación debió haber incluido a los trabajadores e incluso a la comunidad para acordar un cierre “paulatino” de la planta. “Desgraciadamente, no lo hicieron y se produjo un quiebre entre la comunidad, los trabajadores y la autoridad. Por lo tanto, aquí nadie ganó, todo lo contrario”, reclama. “No  puede ser posible que se sigan tomando decisiones detrás de un escritorio. ¿Por qué no se hizo una mesa tripartita? Si los que vivimos aquí somos nosotros, los dirigentes, la comunidad y los trabajadores”, agrega en conversación con CNN Chile.


Paro de trabajadores de Codelco (Agencia UNO).

El jueves 23 de junio, el presidente de la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC), Amador Pantoja, anunció el fin del paro tras una reunión con la Corporación Nacional del Cobre en la que llegaron a un acuerdo que incluye una mesa de trabajo que definirá un proceso de transición hasta el fin de las operaciones de la fundición.

Una vez concluida la paralizazción, el presidente de los contratistas de la División Ventanas de Codelco, David Torreblanca, dijo en Hoy Es Noticia que a pesar de haber sido representados por la Federación de Trabajadores del Cobre en las negociaciones, los contratistas están sorprendidos y molestos con los resultados, ya que acusan que no se les consideró.

En la misma línea, María Araya insiste en que la decisión de cerrar Ventanas fue “apresurada”, ya que debió haber considerado tanto a trabajadores como contratistas: “Lo ofrecido por el Gobierno es lo que venían ofreciendo hace rato, pero los que quedaron desprotegidos son los contratistas; el resto saben que van a ser reubicados y les van a adelantar las jubilaciones, pero en ningún momento en las negociaciones se habló de los contratistas”.

Y agrega: “Gran porcentaje de la empleabilidad que hay dentro de la compañía es de contratistas que son parte de la comuna de Quintero y Puchuncaví. Son cerca de 800 contratistas que se van a quedar sin empleabilidad”.

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Distinta es la opinión de la fundadora y actual presidenta del Movimiento de Mujeres de Zona de Sacrificio Quintero-Puchuncaví en Resistencia, Katta Alonso, quien destaca que aunque en esta ocasión la conversación incluyó sólo a los trabajadores, el Gobierno, a través de los subsecretarios de Salud y de Medio Ambiente, ya se había reunido en tres ocasiones con las autoridades regionales, “y ellos estaban viendo qué opinaba la sociedad civil sobre lo que había que hacer en la bahía”. Sin embargo, reconoce que nunca se les adelantó el cierre de la fundición Ventanas.

A pesar de no haber estado al tanto de la medida, la dirigenta ambiental cree que esta se “tuvo que haber tomado hace dos gobiernos atrás, cuando hubo una intoxicación masiva en 2011 en La Greda. A nosotros se nos han venido intoxicando niños desde el 2008, 10 en uno, 20 en otro, como ha pasado esta última semana”, añadió.

“Ningún gobierno se atrevió a tomar esa medida, ningún gobierno implementó un verdadero plan de prevención ni de descontaminación, y menos de recuperación. Así que creemos que esta es una muy buena señal para empezar a dejar de ser zona de sacrificio. Obviamente hay que tomar muchas otras medidas, pero esta es la primera que se debía tomar”, resalta.


2018. Marcha en Quintero por intoxicación de alumnos (Agencia UNO).

¿Cómo seguir avanzando?

El presidente Boric ha hecho hincapié en que el cierre de Ventanas se concretó para resguardar el “bienestar de toda la ciudadanía”, especialmente las que “viven de modo más directo las consecuencias de un modelo económico y social excluyente y desigual que se expresa de diversas formas, una de las cuales es la de la persistencia de las zonas de sacrificio”.

Según el Gobierno, actualmente más del 60% de las emisiones totales de dióxido de azufre (SO2) en la zona son emitidas por Codelco Ventanas. Este contaminante puede dar pie a neblinas ácidas que generan efectos agudos en la salud de las personas y, en especial, de los grupos vulnerables (asmáticos, niñas y niños, y tercera edad) que viven cerca de la fuente emisora.

La fundadora de Mujeres de Zona de Sacrificio Quintero-Puchuncaví en Resistencia destaca que el cierre de Ventanas “evidentemente ayuda a que respiremos mejor”, pero también asegura que “hay que detener el funcionamiento de todas las termodinámicas a carbón”. “Sólo se paró la más antigua, aún queda otra antigua que debería cerrarse el 2022 y quedan dos que no nos han dado fecha y que emiten mucho CO2, más de lo permitido”, argumenta.

Además, explica que la norma sobre la emanación de orgánicos volátiles “sólo rige solo al Benceno (B6h6)”, pero como organización presentaron un recurso de protección pidiendo que sean más los compuestos que se monitorean.

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María Araya, por su parte, denuncia que tras el cierre de la fundición, este viernes 24 “con el cielo despejado por las lluvias, había una nube tóxica”. “¿De dónde sale esa nube?”, cuestiona, agregando que cerrar Ventanas no va a recuperar los “50 años de contaminación que han tenido las empresas estatales en la zona”.

Asimismo, la presidenta del Consejo Consultivo del Hospital Adriana Cousiño de Quintero señala que “ese suelo no se va a poder ocupar, van a tener que pasar 100 años. Hablan de todo, de Codelco, de los trabajadores, de los contratistas, del cierre de Ventanas, pero no hablan de las compensaciones para la comunidad por el daño causado. Nos van a seguir contaminando, vamos a seguir teniendo episodios de intoxicación y, además, vamos a tener un gran porcentaje de cesantía dentro de la comuna”.


Viernes 24 de junio. Fotos cedidas por María Araya, presidenta del Consejo Consultivo del Hospital Adriana Cousiño de Quintero. 

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