Agencia UNO

El último informe del Banco Mundial sobre el nivel de contaminación en el agua potable en el mundo estableció la presencia de arsénico en el agua de 83 localidades de Chile.

“Calidad desconocida: La crisis invisible del agua” es el título del documento, en el que se analizan los casos de 72 países y los diferentes componentes tóxicos presentes en cada uno. De acuerdo a la investigación, prácticamente en todas partes el agua presenta algún nivel de contaminación.

En el caso particular de Chile, el documento señala que entre 2011 y 2018, en 83 localidades de las 392 encuestadas por la Superintendencia de Servicios Sanitarios, el nivel de arsénico alcanzó exactamente el umbral de 10 microgramos por litro fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El estudio sostiene que la concentración de arsénico en el norte de Chile aumentó después del auge minero de la década de los ’50 y el aumento de la población, exponiendo a los residentes a niveles hasta 17 veces mayores que la recomendación de la OMS. El problema se resolvió en Antofagasta en la década de los ’70, sin embargo, aún quedaban 27 localidades en el norte expuestas a niveles inseguros de arsénico en el agua en la década de 2010.

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De hecho, el informe señala que entre 2011 y 2018 en algunas zonas de nuestro país los niveles de arsénico en el agua potable fueron mayores que 10 microgramos por litro. Esto sucedió en localidades como Totoralillo, Matilla, Maule, Quepe, Melipilla Norte, Hacienda Batuco y El Colorado.

El presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass, dijo en un comunicado que “el agua limpia es un factor clave para el crecimiento económico. El deterioro de la calidad del agua frena ese crecimiento, empeora las condiciones de salud, reduce la producción de alimentos y exacerba la pobreza en muchos países”.

Según señala Qué Pasa, desde el organismo explicaron que “el análisis utilizó datos hasta el año 2018″, por lo que es bastante reciente. “Sin embargo, los niveles de arsénico se han reducido drásticamente desde la década de 1970, y hoy en día, solo unas pocas comunas exceden con frecuencia el umbral recomendado de 10ug / L para el arsénico en el agua potable”, agregaron.

Las medidas recomendadas por el Banco Mundial para enfrentar este problema incluyen políticas y normas ambientales, un seguimiento minucioso de las cargas de contaminación, sistemas que garanticen el cumplimiento de las normas, infraestructura de tratamiento del agua respaldada con incentivos para la inversión privada y difusión de información confiable y precisa entre los hogares.

Respuesta de la Superintendencia de Servicios Sanitarios

La Superintendencia de Servicios Sanitarios respondió al reporte señalando que existen desajustes en las cifras. Por ejemplo, dijeron que “se está proyectando hacia el pasado una recomendación de la OMS del año 1995 (ese fue el año en por primera vez la OMS habló del valor de 10 microgramos/L para el arsénico), siendo que a la vez se informa de la planta de Antofagasta del año 1970”.

Además, explicaron que “la norma chilena es del año 2005 y estableció plazos para dar cumplimiento al nivel máximo de arsénico (años 2012 y 2017) de 0,03 y 0,01 mg/L respectivamente. En tal sentido, no se puede hablar de “Those violations were frequent”, ya que existía un plazo establecido por la Autoridad de Salud para cumplir los valores recomendados por la OMS”.

Por último, indicaron que, respecto a los porcentajes entre 2011 y 2018, “presentan durante ese período, concentraciones mayores a 0,01 mg/L, lo que no implica necesariamente una violación o incumplimiento a las normas de calidad del agua potable en Chile”.

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