Por Javier Macaya

Chile vive un momento histórico. Y es histórico por dos motivos que conviven en el mismo espacio: el proceso constituyente y una creciente ola de violencia.

El proceso constituyente está en pleno apogeo y la elección a la vuelta de la esquina. Dicha elección determinará el futuro de Chile por los próximos 50 años y es, sin lugar a duda, el proceso democrático más importante que ha vivido el país en los últimos 30 años. Además, los debates de los candidatos ya se están tomando la agenda y se están instalando temas que son de vital relevancia para los chilenos, como lo son la libertad de expresión, el derecho a la vida o la libertad de emprendimiento.

Por otra vereda está la creciente ola de violencia. Todos los viernes en la tarde se celebra un verdadero “festival de delincuencia” en Plaza Baquedano, en donde inadaptados sociales y delincuentes urbanos dan rienda suelta a su creatividad destructiva ante la impotente mirada de vecinos y comerciantes que tienen que aguantar y resistir. A esa realidad se le suma la irresoluta situación que se vive en La Araucanía, en donde el terrorismo se ha apoderado de una gran parte de la región y ya ha generado irrecuperables pérdidas materiales y personales, entre los que se cuenta, tristemente, un candidato a concejal de nuestro partido.

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Estas dos dramáticas realidades de violencia, que suceden a vista y paciencia de la historia, se complementan el triste presente que viven nuestras fuerzas de orden, específicamente Carabineros de Chile. Aquellos que están llamados a asegurar el orden púbico y a proteger a las personas no pueden actuar con todas las atribuciones que les otorga la ley y se han tenido que atrincherar ante la seguidilla de irresponsables denuncias que sectores de oposición han realizado ante cualquier situación que amerita su acción. Eso es algo que debe terminar.

Ese es el momento histórico que vive Chile, y desde la UDI hemos decidió hacer un llamado a la unidad. Ese es el mensaje central de nuestra franja de televisión y es el sentimiento profundo que queremos plasmar para el futuro. Nuestra propuesta es la unidad. Unidad para escribir una constitución entre acuerdos, unidad para combatir la violencia y unidad por un Chile nuevo.

Para volver realidad esa unidad, es necesario que el proceso constituyente se realice de forma pacífica y democrática. Nosotros dimos un primer paso en esa línea, cuando fuimos articuladores de la alianza de los partidos de Chile Vamos junto con el Partido Republicano para llevar una lista única a la contienda constitucional. Fuimos el único sector político que logró dejar de lado las diferencias y poner a Chile primero, logrando concentrar los esfuerzos y unir las voluntades.

Ahora bien, aun cuando el ejemplo anterior demuestra que la unidad es un anhelo posible, desde la UDI estoy convencido que nuestros candidatos son los mejores para enfrentar la discusión constitucional y, de paso, lograr los acuerdos que Chile necesita para plasmar una constitución que deje las divisiones del pasado atrás y pueda proyectar un futuro luminoso para todas las personas. Desde este espacio, hago un llamado a apoyar a los constituyentes de la UDI, para asegurarnos de que las ideas de la libertad, la justicia y la dignidad de la persona estén plasmadas en la nueva carta magna.

Otro ejemplo de unidad constitucional es que los sectores políticos nos pongamos de acuerdo en los mínimos que garantizarán un proceso limpio, transparente y libre, haciendo honor a la legendaria tradición democrática que tiene Chile. Para eso es necesario que las elecciones se lleven a cabo en los días establecidos -resguardando, por cierto, la situación sanitaria de todas las personas-, que exista garantía de seguridad para las urnas durante la noche del 10 de abril y que los candidatos puedan desplegar sus campañas en paz. Esto último corre también para candidatos a concejal, alcaldes y gobernadores regionales, puesto que cada persona tiene que ser libre de exponer sus ideas, proyectos y propuestas, sin tener miedo a ser “funado” o violentado por manifestar una opinión.

En la vereda de la violencia, es urgente que todos los sectores políticos la condenen de forma enérgica, sin dobles lecturas ni comparaciones estériles, puesto que es la única forma en que podremos avanzar hacia un chile unido y pacífico. Desde la UDI lo hemos hecho siempre y lo seguiremos haciendo, pero es momento que la ciudadanía le exija a la izquierda lo mismo, porque la ambigüedad ante la violencia es el primer paso para la destrucción de la paz.

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Lo anterior no es algo banal. Desde el 18 de octubre en adelante, son decenas las acciones de violencia que se han registrado a lo largo de Chile, exponiendo al peligro a miles de compatriotas y dejando pendiente de un hilo el Estado de Derecho. Ante estas acciones, siempre hemos condenado la violencia, porque entendemos que ese jamás será el camino correcto para nada. Ninguna reivindicación social o demanda ciudadana tiene que ser canalizada a través de actos que generen terror en las personas. Y eso es algo que la izquierda no ha querido entender, pues mientras nosotros condenamos, ellos justifican, corroyendo con silencio cómplice las bases más profundas de la paz y la institucionalidad chilena. Su silencio y ambigüedad ha contribuido directamente a generar este clima de violencia y es momento de se quiten sus vestiduras moralistas, dejen de justificar lo injustificable, y condenen todo tipo de violencia, para que de una vez por todas podamos avanzar hacia un futuro próspero para todos los chilenos.

Chile vive un momento histórico y en la UDI estamos preparados para enfrentarlo. Lo haremos con los mejores constituyentes, condenando la violencia y con la firme convicción de que tenemos que estar unidos por un Chile nuevo.

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