Ameesha Chauhan es una de las personas que sobrevivió al “taco” que se generó en la cumbre del monte Everest, Nepal, el 24 de mayo pasado.

La india de 29 años se encuentra en el hospital general en Kathmandu, recuperándose del congelamiento que experimentó mientras hacía la extensa fila.

Chauhan señaló que no debiera permitirse el acceso a la cumbre a personas que no tengan conocimientos básicos de escalada, consigna AFP.

Ese día la alpinista india Anjali Kulkarni, de 55 años, murió cuando regresaba de escalar, atrapada sobre el campamento cuatro, que a 8 mil metros de altura es el último antes de la cumbre.

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En total, han sido 10 las personas que han muerte en poco más de dos semanas, luego que las condiciones climáticas cortaran la ventana que se generó para realizar el ascenso.

A esa altura, los montañistas debían aguantar el cansancio y la falta de oxígeno.

Esta temporada Nepal rompió el record de permisos, entregando 381 a escaladores que no siempre están bien entrenados, y que “ponen en riesgo su vida y también la de sus guías sherpa”, dijo Chauhan.

El gobierno debería arreglar sus criterios de calificación“, sentenció la mujer.

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Ameesha Chauhan en el hospital general de Kathmandu. Foto: AFP/Gopen Rai.

Al menos cuatro de las muertes que se han registrado en la cumbre del Everest han sido vinculadas al alto número de personas que llegaron allí, en lugares denominados como “zonas de muerte”, pues el frío se siente más intenso, el aire es peligrosamente delgado y el terreno puede ser traicionero.

Desde que Edmund Hillary y Tenzing Norgay llegaron por primera vez a la cima del Everest en 1953, el montañismo en esta cumbre de los Himalayas se ha vuelto un importante negocio.

El permiso que entrega Nepal tiene un valor de 11 mil dólares, unos $7,5 millones.

Al menos 140 personas más recibieron sus permisos para escalar la cumbre más alta del mundo, esta vez desde el lado norte en el Tibet.

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