La Reina ha aprobado formalmente la solicitud de Boris Johnson para suspender el Parlamento.
El Consejo Privado, un cuerpo de políticos de alto rango que actúan como asesores oficiales de la Reina, solicitó el miércoles que la Reina “prorrogue” o suspenda al Parlamento.
Y a través de una declaración del mismo organismo se señala que la Reina aprobó la suspensión del Parlamento “no antes del lunes 9 de septiembre y no más tarde del jueves 12 de septiembre” hasta el 14 de octubre.
El Parlamento de Westminster suspende su sesión habitualmente durante varias semanas en septiembre con motivo de las conferencias anuales de los partidos políticos, pero este año la interrupción será bastante más larga.
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Esto dejará muy poco tiempo para los parlamentarios, que regresaban de vacaciones el 3 de septiembre, para lograr un acuerdo antes del 31 de octubre con respecto al Brexit.
De hecho, la medida fue calificada como un “ultraje constitucional” por parte del presidente de la Cámara de los Comunes, John Berco, quien aseguró que “es obvio que el propósito de esta suspensión ahora sería impedir que el Parlamento debata sobre el Brexit”.
En tanto, la portavoz de la Comisión Europea, Mina Andreeva, declinó hacer comentarios sobre la medida del gobierno del Reino Unido para suspender el Parlamento, y dijo a los periodistas el miércoles que este es un asunto que el gobierno británico debe responder.
“No comentamos sobre los procedimientos políticos internos de nuestros estados miembros y tampoco vamos a especular qué significa esto en términos de los próximos pasos en los procedimientos del parlamento del Reino Unido”, dijo Andreeva.
“Creo que esto es para que el Reino Unido responda”, agregó.
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A la libra no le gusta esto
La libra esterlina cayó hasta un 1,1% frente al dólar el miércoles después de que se conociera de la noticia.
Sterling bajó a menos de $1.22 antes de recuperarse ligeramente. Se negociaba un 0,7% más bajo frente al dólar al final de la sesión de negociación en Londres.
La libra ha sido volátil desde el referéndum del Brexit en junio de 2016. Los inversores están preocupados de que el Reino Unido pueda salir de la Unión Europea sin un acuerdo, un evento que incluso los propios pronosticadores del Tesoro creen que podría llevar al país a una recesión.
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