La ex presidenta de Chile y actual Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, estuvo en Venezuela en el mes de junio, donde hizo distintos recorridos y se reunió con Nicolás Maduro y con la oposición. Tras su visita, la oficina a la que representa emanó un informe en el que reconocieron las violaciones a los derechos humanos.
Según publicó el diario español ABC, este documento sería el que dio el nombre a un presunto nuevo método de tortura que se estaría efectuando en las cárceles de Venezuela en contra de opositores y disidentes al régimen.
“Las puertas de Bachelet” le estarían denominando al método, según denunció la diputada opositora venezolana, Delsa Solórzano. Según explicó, los carceleros exclamarían con un grito: “¿Querías a Bachelet? Ahí la tienes”, al referirse a las puertas metálicas tras las que estarían los presos opositores al régimen.
Este supuesto nuevo método se estaría llevando a cabo en la sede principal de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) en Boleíta, al norte de Caracas, según informó el diario español.
Allí, las personas estarían en celdas de máxima seguridad, de 2 por 2 metros, sin inodoro ni ventilación ni luz solar. No tendrían rejas, sino una puerta metálica con una pequeña ranura o rendija por donde pasan la comida.
Solórzano indicó que los presos se encontrarían todo el día esposados y que solamente se las quitarían para comer.
Por último, la parlamentaria denunció que los encargados del recinto se burlan del informe de la ONU ante los presos, que serían cerca de 50 personas.
La diputada exigió a la Corte Penal Internacional “actuar de inmediato” y planteó la siguiente pregunta: “¿Todo lo ocurrido no les basta para entender el carácter sistemático de la violación de derechos humanos en nuestro país? La indiferencia y falta de acción de organismos internacionales los hace cómplices de estos graves hechos”.
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