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(CNN) – Más de 6 millones de venezolanos han huido de su país en medio del deterioro de las condiciones, según datos de Naciones Unidas, igualando a Ucrania en el número de personas desplazadas y superando a Siria.

La crisis de refugiados en Venezuela es llamativa porque no hay una guerra en el país como Ucrania, donde el conflicto en curso ha expulsado a la gente del país. Hay alrededor de 6,8 millones de refugiados y migrantes venezolanos repartidos por todo el mundo, según la agencia de refugiados de las Naciones Unidas, similar a los 6,8 millones de refugiados de Ucrania. Hay unos 6,6 millones de refugiados de Siria.

Pero “aunque la cantidad de venezolanos y ucranianos obligados a abandonar sus hogares ahora es más o menos la misma, la respuesta internacional no lo es“, indicó la defensora principal de Refugees International para América Latina, Rachel Schmidtke. “Este año, los donantes solo han financiado el 13% del plan de respuesta humanitaria para los venezolanos, mientras que el plan de respuesta de Ucrania ha recibido casi cinco veces la cantidad de apoyo“, dijo.

El deterioro de las condiciones económicas, la escasez de alimentos y el acceso limitado a la atención médica están empujando cada vez más a los venezolanos a irse, y una creciente comunidad venezolana en los Estados Unidos también es un atractivo, según contó a CNN Doris Meissner, quien dirige el trabajo de política de inmigración de EE.UU. en el Instituto de Política de Migración no partidista en Washington.

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En julio, la patrulla fronteriza de EE.UU. detuvo a 17.603 migrantes venezolanos en la frontera entre EE.UU. y México, lo que marca un aumento desde junio, según los últimos datos disponibles de la agencia. Los venezolanos también han estado llegando a Washington DC y la ciudad de Nueva York en autobuses contratados por el estado de Texas. A menudo, buscando asilo político.

Las autoridades pueden devolver a los inmigrantes bajo una regla pandémica de la era Trump conocida como Título 42, pero que no se aplica a todos. La autoridad de salud pública permite a los funcionarios fronterizos expulsar rápidamente a los migrantes a México, pero existen límites sobre las nacionalidades que se pueden devolver.

Eso, sumado a las frías relaciones con países como Venezuela, impide que EE.UU. retire a ciertas personas, lo que significa que podrían ser liberadas mientras pasan por procesos de inmigración. El flujo de personas hacia el norte presenta un desafío para el presidente de los EE.UU., Joe Biden, por lo que es un tema importante discutido entre él y el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.

Los funcionarios de la administración estadounidense han estado monitoreando el aumento del movimiento de migrantes en la región durante meses. Muchos migrantes que viajan hacia el norte tenían trabajos informales antes de la pandemia de COVID-19 y eran especialmente vulnerables a caer en la pobreza extrema a medida que las economías se restringían, mientras que otros huyen de la violencia y la inestabilidad política.

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