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Rusia dio pie a su mayor maniobra militar desde la Guerra Fría, y no lo hizo sola, pues en el despliegue le acompaña también China.

Vostok 2018 es el nombre de los ejercicios militares en los que Rusia puso a trabar a un tercio de sus fuerzas armadas: cerca de 300 mil efectivos que llegaron hasta Siberia, muy lejos de occidente, para no despertar inquietudes en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

En los ejercicios se desplegaron mil aviones y más de 80 buques. China colaboró con 3 mil soldados, formando parte de una maniobra de una magnitud en la que pocas veces habían podido participar.

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De acuerdo al analista internacional Raúl Sohr, la inclusión de China tiene como motivo cuidar las relaciones y tranquilizarlos ante los ejercicios que se realizan cerca de la frontera.

La idea es “dar una señal de acercamiento entre Rusia y China, y esto tiene un destinatario muy claro, que es Estados Unidos”.

“China es un socio comercial muy importante para Rusia, no así Rusia para China”, afirmó Sohr. De hecho, Rusia representa menos del 1% de la economía china en términos de su comercio exterior.

Esto podría generar el desarrollo de una alianza que ya se plasma en lo económico y en lo militar, pero que podría ir también a lo político.

De todas formas, el mensaje es claro y está dirigido a occidente con la BBC Londres invitada a filmar los ejercicios: “ya pasó el período en que los podían empujar y acobardar”.

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