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La desigualdad y las precariedades han quedado el descubierto con las cuarentenas impuestos en Chile y el mundo a raíz de la pandemia. Es allí donde los políticos juegan un rol relevante: qué hacer para alivianar la carga de aquellas familias que no han podido trabajar y, más aún, les apremia cubrir sus necesidades básicas.

Para hablar de estos temas, Fernando Paulsen conversó con el senador Manuel José Ossandón (RN), quien fue vivió la experiencia de estar contagiado con COVID-19. Según relata, esto lo hizo darse cuenta de que “nadie es imprescindible, el mundo sigue funcionando igual y que lejos lo más importante es la familia“.

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Este virus mata y a los que no nos mata, nos trata muy mal. Yo hice todo lo que me dijeron los médicos, en teoría estaba inmune, y recaí grave, terminando 10 días hospitalizado”, agregó el parlamentario.

Ossandón recordó la angustia que vivió mientras estuvo internado y supo que tanto su esposa como sus hijos habían dado positivo.

“Yo estaba encerrado en un cuarto. Entonces, ahí la angustia de no poder hacer nada y pensar que tanta gente que no tiene medios y ha pasado esto en sus casas de 50 metros cuadrados donde no pueden aislarse, lo privilegiado (que fui) al poder ir a una clínica. Se te pasan todas esas cosas que te hacen pensar que es súper importante ser más humano y más empático con el sufrimiento de los demás“, relató.

El parlamentario ha venido hablando de un concepto de derecha social que ya apuntaba a esta reflexión que tuvo durante sus días con el COVID-19. “Nadie puede negar que en los último 30 o 40 años a nuestro país le ha ido muy bien desde el punto de vista económico. Pero no podemos desconocer que se ha creado una gran clase media súper vulnerable“.

Aseguró que se agotó el modelo que nació en la transición a la democracia. “Yo veo todavía, gente de mi sector que cree que en octubre (2019), la gente salió a la calle eran delincuentes y no millones de personas que no estaban gritando a la cara ‘este pacto social se acabó’ y hay que hacer un pacto social nuevo”.

Abogó por un entendimiento de la clase política gobernante que tienda a propiciar una alta participación en el plebiscito de octubre de este año.

Si no somos capaces, en un proceso de madurez, de nueva Constitución y de reivindicar las instituciones, que las hemos manoseado mucho, vamos a terminar mal. Pero tenemos una buena oportunidad“, señaló.

Respecto al nuevo gabinete, a su juicio, son personas capaces, pero le atribuye este proceso que propone a un diseño de gobierno más profundo. “Esto no pasa por ellos ni por sus nombres. Pasa por un cambio en el presidente de la República, que es quien manda (…) Entonces, no va a cambiar nada si el presidente no cambia el diseño de gobierno”.

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En este sentido, el senador reiteró que “Chile necesita un nuevo pacto social“, que para concretarse se debe reconocer que hay que revisar el modelo económico. “El tema de las pensiones con las AFP no funciona con una guerra del terror“, agregó.

Finalizó apuntando que una eventual nueva Constitución debe reafirmar la importancia de las instituciones, pero corrigiendo la forma en la que se integran y operan.

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