En diversas regiones del país se están flexibilizando las medidas restrictivas implementadas para frenar el avance del COVID-19. Sin embargo, el retorno a lo presencial está causando ciertos efectos negativos en las personas tras los largos meses de confinamiento.
“Lo primero que es muy probable que comience a aparecer son respuestas de ansiedad ante este escenario y esta nueva normalidad“, sostuvo la psicóloga clínica Natalia Uribe, quien afirmó que también pueden surgir “respuestas al estrés o, derechamente, trastornos adaptativos”.
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En conversación con CNN Chile, la especialista detalló que son tres las situaciones que pueden propiciar la aparición de estas “respuestas clínicas o psicopatológicas”. “Lo primero es que ya llevamos un año y medio de pandemia y, por lo tanto, el factor tiempo está haciendo sus estragos”.
El segundo elemento está relacionado con el escenario actual, el cual aún está lleno de incertidumbre. “El COVID-19 no ha desaparecido (…) lo que nos dicen sobre este volver a la normalidad es que es bajo ciertas condiciones, porque todavía tenemos una amenaza de salud“, dijo.
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“El tercer elemento que genera estrés y ansiedad es que esta nueva realidad tiene ciertas características importantes como, por ejemplo, mantener los resguardos sanitarios y conservar la distancia física. Entonces, se debe volver al colegio u oficina con esta rareza de que no hay una cercanía mayor”, puntualizó.
¿Cómo enfrentar el retorno a la presencialidad?
Uribe, quien también es académica en la Universidad de Talca, concordó en que el retorno a la presencialidad debe ser “bastante respetuoso hacia las personas”. Además de que el cambio sea gradual, la experta afirmó que estos procesos deben ir acompañados de apoyo profesional.
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“Se recomienda que, en lo posible, las diferentes organizaciones dispongan de un equipo de salud mental. Esto hay que tomarlo en gran consideración, porque ahora se nos viene toda una ola de trastornos psicológicos que hoy día no están tan visibles“, añadió.
Finalmente, la psicóloga recalcó la importancia de que las instituciones laborales, universitarias y escolares “conversen acerca de la pandemia”. “No podemos hacer como que no ha pasado nada. Si queremos resguardar la salud mental de la comunidad partamos conversando sobre cómo cada persona experimentó o está experimentando esta situación“, concluyó.
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