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La crisis sanitaria por la pandemia de coronavirus ha obligado a miles de personas a cumplir con hospitalización domiciliaria para recibir los cuidados necesarios frente al COVID-19 u otras patologías.

La población infantil es una de las que menos foco mediático ha recibido, sin embargo, son muchos los niños y niñas que necesitan este tipo de cuidados. Para conocer más sobre esta modalidad de atención Viviana Encina conversó con Camila Contreras, presidenta de la Corporación de Padres de Hijos con Hospitalización Domiciliaria.

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La hospitalización domiciliaria no debe confundirse con un alta médica es, de hecho, la continuación de los cuidados médicos, solo que cambia la locación de un centro de salud por el ámbito del hogar; un tratamiento que continúa y que muchas veces puede durar años, dependiendo de la condición que tenga el paciente.

Contreras preside una organización que agrupa a padres de pacientes que necesitan atención médica domiciliaria no relacionada con el COVID-19, pero han registrado una dificultad adicional en casos en los que no pueden continuar con los cuidados cuando se presenta un diagnóstico positivo por SARS-CoV-2.

“Tenemos un caso de una de las integrantes de la Corporación. Su hija dio positivo por COVID-19 al igual que ella y su marido. en ese minuto quedaron sin técnicos paramédicos para atender a su hija. Y obviamente se tuvieron que hacer cargo ellos. Sin ninguna explicación, la paciente quedó sin la atención que es vital para que ella mantenga su estabilidad de salud“, comentó Contreras.

Asegura que este es el caso más grave de todos, pero existen otras situaciones preocupantes para este grupo de pacientes y sus familias. “Otras situación que se ha presentado en algunos domicilios es la escasez de insumos, así como la falta de protocolos y cuidados frente al COVID-19 de los paramédicos, las enfermeras y los profesionales que van a los domicilios a atender a los niños y jóvenes. Los papás han tenido que aplicar sus propios protocolos de ingreso a sus domicilios”.

En condiciones normales, la única alternativa que tienen estos pacientes en caso de quedarse sin la posibilidad de tener las condiciones de una hospitalización domiciliaria es acudir a un centro de salud, pero frente a la crisis del coronavirus es muy difícil.

Sabemos que hay escasez de ventilación mecánica, se han reducido los cupos de UCI pediátrica y por lo tanto los pacientes de hospitalización domiciliaria están más en riesgo“, señala Contreras y agrega que este tipo de pacientes requieren de compañía permanente de sus padres, porque en la mayoría de los casos son pacientes que no se comunican, acompañamiento que en esta crisis está restringida para todos los pacientes en los centros asistenciales de salud.

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Señaló, además, que es necesario establecer protocolos tanto en los hospitales como en las clínicas para atender este tipo de hechos. En el pasado, situaciones extremas de casos han tenido que buscar respuestas en el sistema judicial porque el de salud no da respuesta.

En relación a esto, la presidenta de la Corporación indica que acudir a la justicia siempre es una opción, pero que son soluciones dilatorias. “Lamentablemente, hoy día con el COVID-19 y dada la cuarentena, acudir a un recurso de protección demora alrededor de 30 días y el fallo unos 10 días, entonces todos los plazos exceden la urgencia que tienen estos pacientes“.

La solución, a su juicio, es que las Isapres le exijan a los proveedores de los servicios de salud domiciliarios, conocidos como “home care”, cumplan los contratos. “La pandemia no puede ser la excusa para que dejen arbitrariamente de prestar un servicio vital“.

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