“El patriarcado es un juez que nos juzga por nacer y nuestro castigo es la violencia que no ves”. Parte del potente mensaje de Lastesis. Habla de coyuntura, pero también recuerda esa violencia estructural que viven las mujeres.
Miles aplauden la intervención creada por cuatro porteñas, miles se suman en todo el mundo. Pero otros se espantan y cierran sus oídos cuando oyen “el Estado opresor es un macho violador”. Se incomodan en vez de entender que sí hay agresiones contra las mujeres, desigualdad, que existe un techo de cristal que excluye a la mitad de la población de los lugares de poder. Y que la violencia sexual es una forma de violencia de género.
Veamos sólo un área: la justicia. A las víctimas de abusos no se las acoge bien, hay alta tasa de absolución en estos delitos y mucha humillación para las denunciantes. Ejemplo: en 2003, la Fiscalía acusó a un hombre en Coyhaique de haber violado a una mujer, pero los jueces lo absolvieron argumentando de una manera que indigna. “Numerosos testigos afirman que la presunta víctima llevaba una vida licenciosa, frívola y adocenada”. “Casquivana”, la llamaron.
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2016. jueces de Ovalle dejan en libertad vigilada a un hombre que trató de matar a su esposa con tijeras de podar, porque consideraron como atenuante el “arrebato” que le habría provocado una supuesta infidelidad.
¿Y van a insistir en que no hay prejuicios? ¿Van a desconocer que la cultura castiga por nacer mujer?
Muchas víctimas de abuso han demorado años, décadas en dejar de sentirse injustamente culpables. Recurramos una vez más a Lastesis para que se lo graben todos y todas: “Y la culpa no era mía, ni donde andaba, ni cómo vestía”. Nunca fue tu culpa, el violador fue él. Porque el sexo no consentido es violación.
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