Por Mónica Rincón
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Estar a favor de una nueva Constitución o estar en contra, son opciones ambas válidas. Descalificar a unos u otros no tiene sentido desde el momento en que las dos posturas estarán en la papeleta de abril y porque en una democracia, y en una elección, se deben confrontar argumentos y no descalificar a quienes los sostienen. Pero es importante sincerar las razones detrás de cada postura y no culpar a otros factores de por qué se está en el ‘apruebo’ o en el ‘rechazo’.

En estos días, con todo derecho, parlamentarios de RN y de la UDI manifestaron que votarán que NO a una nueva Carta Magna. Se entiende esa postura desde quienes creen que la actual, la de 1980, es una buena Constitución y que hay que hacerle cambios, pero dentro del Parlamento. Pero decir que la actual contingencia política no garantiza un proceso constituyente tranquilo, incluso si fuera cierto, no parece tan buen argumento.

¿No será, como dijo el senador Ossandón, de los propios políticos la responsabilidad de crear las condiciones para que ese proceso se desarrolle de buena manera? Pensar que bajo cualquier clima se puede llevar adelante el nacimiento de la norma más importante de todas, es tan ingenuo como pensar que las reformas que un grupo determinaría en el Congreso son justo las que la mayoría de los chilenos quiere o que eso daría por resultado que se recupere el orden público.

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Reconstruir nuestra convivencia necesita también de valorar (no tolerar, valorar) al que no piensa como yo, empatía con el que tiene menos,
entender que no cualquier medio es válido para conseguir un fin, por más noble que sea. Si entre los parlamentarios de RN o la UDI, hay quienes creen que lograr que por primera vez tengamos un Constitución nacida en democracia, que requiera de acuerdos (de ahí los 2/3 de quórum), entonces antes que desembarcarse del apruebo, esos parlamentarios debieran estar tratando de crear las condiciones para que el plebiscito y el proceso posterior sea exitoso.

No sea que el día de mañana, si una nueva Constitución nos ayuda a tener un país un poco mejor, escuchemos a muchos diciendo que votaron ‘rechazo’, pero queriendo que ganara el ‘apruebo’.

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