No llegó a ser rechazada, porque la candidatura de Dobra Lusic fue retirada antes por el Gobierno ante la posibilidad de no contar con los votos necesarios y ante la imposibilidad de atribuir sólo a la Democracia Cristiana y al Partido Socialista la promoción de su nombre, algo que era responsabilidad conjunta.
¿Por qué cayó Dobra Lusic? Por varias razones. Por los errores que cometió en la audiencia ante los senadores. Ahí, a pesar de lo amables que fueron los legisladores, cuando respondía los cuestionamientos recogidos por diferentes medios, ella manifestó cosas como que “hay que regular a la prensa” o que decir que hay justicia distinta para los pobres “es una cosa sin sentido”
También cayó por haber faltado a la verdad antes los senadores, a quienes negó haber hecho nada en favor de John Campos, cuando después supimos que, entre otras gestiones, había llamado a la presidenta de la Corte de Apelaciones de San Miguel para pedirle que lo nombrara notario interino.
Lo grave es que Lusic no perdió apoyo por su relación con UN operador político, sino por su relación con ESE operador, Campos, condenado por agresión a menores.
Porque relacionarse con operadores o jefes de campaña es algo que ocurre todo el tiempo y que les parece tan natural a senadores y candidatos que la propia Lusic lo reconoció abiertamente ante la parsimonia de los parlamentarios.
Fue la ciudadanía la que manifestó su molestia ante la evidencia de estas prácticas y la naturalización del cuoteo, que es la forma en que se designa a los máximos cargos no sólo el poder judicial, sino del Banco Central, TVN, el TC y un largo etcétera. Uno tuyo y uno mío.
Y ese es el problema de fondo: las razones por las que no cayó Lusic y que como ahora, antes también estuvieron presentes y naturalizadas en las anteriores nominaciones. Favores que nunca son gratos y cuoteo que impide que sea sólo el mérito lo que ayuda a ascender.
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