Por estos días, el Servicio de Impuestos Internos (SII) está estudiando cómo funciona el negocio de los influencers, con el objetivo de que estas personas incorporen en su declaración de renta los ingresos que obtienen a través de redes sociales.
Según informó Pulso, este análisis forma parte del Plan de Gestión de Cumplimiento Tributario 2019 del organismo, con el cual pretenden conocer todas las tendencias de la llamada “economía digital”.
En particular, se considera influencers a aquellas personas naturales que tienen gran cantidad de seguidores en redes sociales y utilizan sus cuentas personales para realizar campañas publicitarias. El objetivo para las marcas es que dichas publicidades estén centradas en esa persona, de modo que el producto o servicio llegue a sus seguidores, es decir, un público objetivo y fidelizado.
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“Las reuniones son individuales y el criterio para definir el perfil de los influencer son personas que tiene alta exposición pública, avisajes, cantidad de seguidores y de veces que han publicitado avisos”, explicó a Pulso Alex Villalobos, jefe de Análisis Masivo de Cumplimiento Tributario del SII.
¿Por qué partir por ellos? Según el organismo, esta decisión se debe a que cada vez son más las empresas que están disminuyendo su inversión en publicidad tradicional para aumentar la de los influencers.
El trabajo que se está realizando en Chile no es aislado, sino que en conjunto con la OCDE desde 2018. “Se partió primero con la revisión del riesgo de la doble no residencia, detectado especialmente en casos de artistas y deportistas tradicionales, a nivel mundial”, explicó Villalobos.
¿Quiénes son en Chile?
En nuestro país las cuentas con mayor número de seguidores fluctúan entre los 2 millones y los 11 millones de seguidores. Hasta ahora, el SII está enfocado en 69 cuentas que tienen más de 100 mil seguidores, entre las que se encuentran personajes como: Karol Lucero (2,4 millones de seguidores), Pamela Díaz (1,8m) y Raquel Calderón (1,3m), entre otros.
Algunos de los factores que considera la revisión es el número de seguidores, la cantidad de avisadores y el nivel de la publicidad.
Así, por ejemplo, se considera “alto” cuando un influencer tiene más de 5 marcas presentes en las fotografías publicadas. Se cataloga como “alto más” cuando las marcas asociadas son de lujo. Es “medio” cuando incluye entre 2 y 5 marcas distintas en sus publicaciones, pero el porcentaje de publicidad en relación al número de publicaciones sea bajo. Es catalogado como “bajo” cuando sólo hay presencia de una marca o sin marcas publicitadas.
¿Instagram o YouTube? No valen lo mismo
En una primera instancia, la lupa del SII está puesta en cuatro tipos de influencers: instagramers, youtubers, streamers y e-sporters.
Los primeros son quienes tienen alta presencia en Instagram y, según el SII, los ingresos aproximados que pagan las marcas a este tipo de influencers en Chile son: a) Si tienen 10 mil seguidores, $100 mil por foto; b) si tienen 50 mil seguidores, $300 mil por foto; c) Si tienen más de 500 mil seguidores, $1,5 millones o más por foto.
En el caso de YouTube, en Chile hay 22 cuentas certificadas de youtubers. De acuerdo a SocialBlade, los montos que se manejan van entre US $500 mil y US $6 millones al año. El SII está centrando su estudio en quienes tienen ingresos sobre un tercio de millón de dólares.
Los streammers son quienes transmiten en vivo diversos contenidos, a través de distintas plataformas. Por ejemplo, en 2017, la plataforma Twitch, que transmite competencias de juegos electrónicos en línea, obtuvo US $3.200 millones en ganancias por publicidad. El SII está analizando a chilenos que participan en Twitch y que cuentan con más de 1 millón de visitas.
Por último, los e-sporters son los jugadores profesionales de videojuegos que participan en torneos a nivel competitivo y con ello logran ingresos. Aunque en Chile aún es bajo el número de personas, se trata de un modelo de negocio que viene en alza. Hoy, el SII está analizando a las personas que participan en estos campeonatos y que han ganado más de US $200 mil en los últimos años.
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