Poco más de 10 años han pasado desde que el nombre de Tame Impala se hizo recurrente entre los medios especializados en música a raíz de las estimulantes creaciones de la banda desde el debut Innerspeaker.

Del rock psicodélico de esos primeros años hay una línea que cruza toda su discografía y que se mantiene hasta este 14 de febrero, día en que llega a las tiendas y plataformas digitales la cuarta placa de estudio del proyecto de Kevin Parker, The Slow Rush.

Lee también: Billie Eilish estrena “No Time To Die”, el tema de la nueva película de James Bond

Esa “prisa lenta” que reza en el título queda patentada en los 12 tracks del disco, entre los que se cruzan ritmos que suben, explotan y descienden (“One More Year”, “It Might Be Time”) y sonidos atrapantes que buscan la introspección entre sobrecogedores ambientes eléctricos y baterías fuertes (“On Track”, “One More Hour”).

A cinco años del exitoso Currents, Parker propone una mezcla de pop de alma setentera, acid house y funk apropiada para expandir las audiencias que han disfrutado de sus shows recientes en festivales, donde el baile es el elemento principal. Si a esto podemos llamarlo pop del siglo XXI, bienvenido sea.

Lee tambiénSuede anuncia la cancelación de su visita a Chile

Tame Impala suma así otro emocionante viaje sónico a su ruta, que se deja mostrar en cada reproducción. Para una inmersión mayor, se recomienda revisar el disco desde Spotify, donde se puede encontrar el “Slow Rush Time Warp”, en el que cada canción tiene sus propias visuales (los canvas de la plataforma) más datos extra sobre cada pista.

Tags:

Deja tu comentario