“Los amantes de Praga”: Amar en tiempos de guerra, el horror del nazismo y la resistencia del arte en la era de Hitler

Por Polet Herrera

23.01.2025 / 22:18

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La escritora Alyson Richman, con su novela histórica, nos transporta a una época que marcó un antes y un después en el mundo. A través de dos voces, con un estilo similar al de un diario de vida, retrata cómo es vivir antes y después del nazismo, abordando temas contingentes: ¿cómo empezar una nueva vida cuando se es desterrado, ya sea por razones políticas o religiosas?


—¿Cómo podían volver a empezar en un país en el que no tenían familia y cuyo idioma y cultura les eran totalmente desconocidas?

Una pregunta que trasciende cualquier contexto de la historia, un planteamiento reciente si lo llevamos a lo que está pasando en la nueva era de Donald Trump, quien, tras asumir su nuevo mandato, firmó una serie de decretos que colocaron en alerta a la comunidad migrante latinoamericana. Pero si lo llevamos a nuestro contexto, tenemos el ejemplo de la situación en Venezuela, donde se comparte el idioma, pero las culturas son distintas. Y si viajamos aún más lejos, podemos observar los desplazamientos en la Franja de Gaza.

Esta es la migración forzada, cuando una persona debe abandonar su tierra por conflictos armados o desastres naturales. Así lo describe la protagonista de la novela histórica de Lenka Josefina Maizel, quien narra en primera persona cómo vivió el antes y el después de la invasión nazi en Praga, la capital de la República Checa.

Ciudad vieja de Praga. Crédito: Free Tour Praga.

Todos tenemos alguna noción de lo que fue esa época y de la figura de Adolf Hitler, ya sea a través de la película El niño con el pijama de rayas, la reciente pieza audiovisual Jojo Rabbit, protagonizada por la actriz Scarlett Johansson, o la clásica lectura escolar, El diario de Ana Frank. Sin embargo, siempre existen novedades y hallazgos que solo conocen los sobrevivientes de esa época.

Esa fue la apuesta de Alyson Richman, quien, a través de un extenso trabajo de investigación y relatos, transforma Los amantes de Praga en una obra con dos voces que nos cuentan, a través de una línea cronológica, quiénes son y nos presentan su núcleo familiar, su adolescencia, adultez y vejez.

Lenka y Josef Kohn son los protagonistas de esta narrativa. Como lectora, las descripciones, los paisajes y el estilo de diario de vida que permite adentrarse en esa amistad me atraparon rápidamente; fue una lectura ágil porque el estilo de Richman te permite imaginar cada escena.

Y los contrastes de la vida: pasar de una vida próspera a la oscuridad. Así lo plantea Lenka: “Me había alejado de una Praga libre de la sombra de Hitler, pero a mi retorno su presencia amenazaba cada rincón de la ciudad”.

Desde la perspectiva de Josef: “A medida que aumentaron las tensiones en Praga, nos encontramos comportándonos como todos los demás judíos a nuestro alrededor. Ahora manteníamos la cabeza baja cuando caminábamos a casa y evitábamos el contacto visual con cualquier persona. Era como si todos los judíos de Praga desearan poder desaparecer”.

Praga y Chile son muy distintos, pero si tenemos algo en común son las violaciones a los derechos humanos. Augusto Pinochet no fue Hitler, pero sí se inspiró en los totalitarismos de esa época, en la imagen del líder y en aplacar al “cáncer marxista”, en vez de exterminar a la población judía. Allanamientos a las casas, en las poblaciones, toques de queda, violencia sexual y las crueldades más inhumanas que uno puede imaginar.

En tiempos de negacionismo, es importante mirar hacia atrás, y precisamente esta novela lo hace, pero no de la manera convencional que enseñan en las clases de historia.

El libro hace un punto de quiebre, para ser exactos, el 5 de octubre de 1938, cuando el presidente Edvard Beneš “dimitió al darse cuenta de que la ocupación nazi era inminente”.

Adolf Hitler pasa revista a las tropas en el castillo de Praga el día de la ocupación. Praga, Checoslovaquia, 15 de marzo de 1939. Crédito: United States Holocaust Memorial Museum.

Ahí existe un quiebre en la lectura; las voces de Lenka y Josef cuentan en primera persona cómo enfrentaron este proceso desde sus distintas trincheras. Hay espacio para el amor, la tragedia, el sufrimiento, el duelo y las pérdidas.

De hecho, uno de los aspectos que más me gustaron es cómo la escritora plasma a personas reales que decidieron levantar la cabeza en los guetos administrados por los alemanes, donde hubo espacio para la sobrevivencia y la resistencia. Como dijo una vez un personaje de la serie Euphoria: “el arte debe ser peligroso”.

Entrada general sin asiento para una ópera que se presentó el 21 de abril de 1945 en el ghetto de Theresienstadt. Crédito: United States Holocaust Memorial Museum.

¿Qué pasa después de una guerra? Svetlana Alexievich lo describe muy bien al escribir acerca de cómo fueron recibidas las mujeres que enfrentaron ese periodo, y también lo hace Richman.

¿Cómo se sobrevive cuando se pierde el hogar, la familia? ¿Cómo se observa morir a tus seres queridos por el régimen y pasas años de tu vida sin ver la luz? ¿Es posible recomponerse y volver a empezar? ¿Se puede volver a amar cuando has perdido todo? Esta interrogante queda abierta, porque sería un spoiler del libro, pero estas preguntas son respondidas a lo largo de la lectura.

“Todos nos encontrábamos a la deriva, los perdidos vivientes, tratando de hacer alguna conexión en caso de que alguien hubiera escuchado algo de otra persona que acabara de llegar —que hubiera sobrevivido— o que tuviera alguna información”, expresó Josef.

Poco después de liberación del campo, personal soviético de primeros auxilios saca a uno de los sobrevivientes—un niño desnutrido—de una de las barracas del campo. Auschwitz, 27 de enero de 1945. Crédito: United States Holocaust Memorial Museum.

Este es el segundo libro que leo de esta autora; tiene una versatilidad para pasar de un libro donde mujeres se reúnen todos los viernes en sesiones de espiritismo y arte, a retratar el horror de una época. Una lectura que conmueve y es capaz de sacar un par de lágrimas.

Hay dos formas de leer este libro: comenzando por la nota de la autora, que explica por qué escogió este estilo y cómo fue el proceso investigativo, y luego empezar por el principio. Pero les recomiendo que se dejen sorprender y partan de la manera tradicional.

Después de leer la novela, dejo un listado de nombres que se mencionan al transcurso de la lectura y puedan conocer más sobre su biografía:

  • Dina Giottliebová, estudiante de Praga y trabajo en un breve periodo en Lautscher de Theresienstadt.
  • Friedl Dicker Brandeis, estuvo en el ghetto de Theresienstadt en diciembre de 1942 e impartió clases de arte a los niños.
  • Rosa Englander, tutora en jefe del hogar para jóvenes en Theresienstadt.
  • Bedřich Fritta, artista y caricaturista judío checo (ver sus obras).
  • Lisa Miková, artista que trabajo en el departamento técnico de ghetto de Theresienstadt.

  • Autora: Alyson Richman.
  • Editorial: Planeta.
  • Temática: Novela histórica.
  • Colección: Planeta Chile.
  • País de publicación: Estados Unidos.
  • Traducción: Susana Olivares.