Foto: Agencia uno

La fallida edición 2019 de la Cumbre no dejó a nadie diferente. El evento que originalmente estaba pronosticado para enero de este año postergó su realización para octubre, trasladándose a la Medialuna de Rancagua. Sin embargo -y pese a las modificaciones- la Intendencia Regional de O’Higgins decidió no autorizar el festival luego de que la organización lograra cumplir con las exigencias mínimas de seguridad.

A través de un comunicado, Osyos, productora del evento encabezada por Juan Andrés Ossandón, acusó poco apoyo económico al festival y responsabilizó a los eventos gratuitos, los que “fueron socavando las bases de nuestra propuesta”.

“Este año ha sido tremendamente adverso para nosotros, y trabajamos incansablemente para darlo vuelta. Encontramos aliados entusiastas en la Municipalidad de Rancagua y en el Consejo Regional de la VI Región. Nos dieron un apoyo económico (no todo el que necesitábamos, pero muy valioso y se agradece), y nos acompañaron a buscar recursos en la región también, que luego de mucho esfuerzo no pudimos conseguir. Lamentablemente, se nos ‘cayó’ un aporte muy importante en esta última semana, que terminó por sepultar nuestras esperanzas“, señalaron en la declaración.

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Consultados por Culto, músicos, mánagers, productores y trabajadores relacionados a La Cumbre entregaron su opinión respecto a la caída del festival, quienes se desmarcan de lo expresado por la productora de Ossandón.

“También somos víctimas y estamos afectados, como los proveedores y músicos”, señala Miyuki Mabe, productora técnica del festival, en el artículo.

Los involcrados aseguran que el proyecto fracasó debido a la falta de claridad respecto a los dineros entrantes, tanto como de los sponsors o de la misma municipalidad.

“Necesité acceso a la caja, pero nunca lo tuve. Era importante conocer los dineros que había. En una reunión le pregunté a Ossandón por las platas que puso Cerveza Escudo para La Cumbre que no se hizo en enero. ‘Olvídate de esa plata, Sebita, ya no existe’, me dijo. Llegó el mes del evento y no había flujo de dineros. En ese momento debí bajarme del proyecto, pero la gente de Rancagua me pidió que me quedara”, acotó el productor general, Sebastián Pino.

Asimismo, los involucrados puntualizan que no se efectuaron pagos básicos y que, debido a esto, el equipo en terreno no contó con servicios mínimos para realizar su trabajo, como agua y alimento. Aseguran que tampoco hubo asignación de viáticos para hospedaje, por lo que muchos de ellos debieron conseguirse por su cuenta un lugar donde dormir.

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Desde la vereda de los músicos presentes en el cartel, Jorge Curihual, mánager de Los Tres, declara: “Habíamos soportado dos cancelaciones anteriores. Debimos asumir gastos por llegar a la prueba de sonido: técnicos, transporte, viáticos. Confiamos en Ossandón y en el proyecto, porque le hace bien a la música chilena. Pudimos hacer otra fecha en otro lugar, pero privilegiamos La Cumbre. Ossandón no ha dado respuesta por nuestro pago, tiene que hacerse responsable, él es el culpable. Le envié un mail y hasta el momento ni un ‘hola’. Jugó con el dinero de los demás”.

La irresponsabilidad de gente descriteriada en la organización perjudica al movimiento chileno. Productores de este tipo, que tienen la sinvergüenzura de decir públicamente ‘sin fines de lucro’, son una burla a la voluntad de la producción técnica y artística”, agregó Luciano Rojas, baterista de Saiko.

Para quienes adquirieron su entrada para La Cumbre 2019, ya se encuentra disponible el formulario para la devolución de dinero.

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