Por Valeria Barahona
Foto: Lorena Palavecino

Pasan las noches y en sueños me esperan monumentales parques osorninos, el verde de los sanjuanes y, bajo ellos, como desayuno, decenas de cadáveres de jerarcas nazis –entre ellos Adolf Hitler– junto a experimentos genéticos escapando de una reserva.

Ese es el efecto de República Nazi de Chile (Suma de Letras, 2019), la nueva novela de Carlos Basso, a tres días de terminar su lectura.

“¿Qué habría pasado si los nazis hubieran conquistado América Latina?” es la pregunta que el también autor de América nazi y los libros de espionaje La CIA en Chile y La conexión chilena intenta responder en 276 páginas, papel impregnado de datos y personas reales que ahora retornan en clave novela, como el líder del régimen, Adolf Hitler; su amante, Eva Braun; Joseph Goebbels, ministro de propaganda “quien no cesaba de repetir que mientras más grande y absurda es la mentira, más gente está dispuesta a creerla”, señala el autor; Lutz Heck, zoólogo; Theodor Morell, médico personal del Führer; y Wilhelm Canaris, militar de alto rango, que combatió en Chile y fue uno de los líderes de la Operación Valquiria, el atentado más famoso contra Hitler.

—¿Por qué se te ocurrió escribir sobre nazis en Chile en estos días, que coinciden con el resurgimiento de grupos de esa índole?
—La idea de escribir esta novela surgió debido a que había escrito varias veces sobre el mapa de una América Latina nazi que los británicos entregaron al presidente Roosevelt en 1941 y la última vez que lo hice, en mi libro La conexión chilena, me pregunté qué habría sucedido si aquel mapa, de algún modo, se hubiera concretado. En este sentido, más que tener que ver con alguna coyuntura, la idea del libro es bastante casual. En todo caso, permíteme decir que nazis siempre ha habido y siempre va a haber en Chile.

“Hitler recordaba perfectamente bien la primera vez que había estado allí. Fue en 1947, luego de los festejos con los cuales se consagró como capital de los Estados Unidos de Süd-
Amerika a la ciudad de Nueva Núremberg, antes llamada Osorno”, dice Basso en la ficción.

—¿Crees que habría sido posible, en la realidad, una América nazi, considerando todo lo mestizo que somos?
—Si entendemos al nazismo como el nacionalsocialismo del NSDAP alemán, creo que no habría tenido posibilidad real de ningún tipo en un país como Chile, pero ojo: el nacional socialismo chileno, que es anterior al nazismo alemán incluso, reivindica al ‘gótico-araucano’, como llamaban, en función de la teoría de Nicolás Palacios, al mestizo o criollo chileno. El Movimiento Nacional Socialista de Jorge González von Marées llegó a tener 15 mil militantes, tres diputados e intentó un golpe de Estado que culminó con la masacre del Seguro Obrero, así es que más allá de si les pudiera funcionar, la versión local del nazismo (‘nacismo’, como lo escribían) es una pulsión muy fuerte en el país.

Como todos los chilenos soy un mestizo y en medio de esa amalgama también tengo sangre alemana en mis venas”, escribe el periodista blanco, rubio y de ojos azules en el libro, quizás sin saber que sus alumnos de investigación en la Universidad de Concepción, más de alguna vez y siempre a sus espaldas, nos referimos a él como “el espía” o “el agente FBI”.

“Es cierto, siempre se puede renegar de los orígenes, pero no es el caso”, afirma.

Termino de leer “República Nazi…” en el pasto de la Plaza Raúl Deves, Vitacura, mientras un robot de seguridad me mira con su cámara y dos luces verdes, cual centauro. Le tiro un par de castañas directo al lente, solo por el miedo y el repudio a no saber quién me está examinando con tanto detalle.

—En el libro hablas de la televigilancia como una de las claves del sistema de control en el régimen nacional socialista, ¿qué piensas de los robots guardias?
—Sobre la televigilancia solo puedo decir que en realidad no hay nada de qué asombrarse. Ya la había vaticinado Orwell en ‘1984’ y basta pasear por cualquier parte del mundo para ver que es una realidad que excede cualquier película de ciencia ficción, aunque no me cabe duda de que los nazis, quienes efectuaron la primera transmisión de TV abierta en 1936, habrían llevado la delantera en esta materia.

República Nazi de Chile
Carlos Basso
Suma de Letras
276 páginas
Precio de referencia: $ 14.000

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