“Aquí se ha detectado, pero no es la predominante“.

Con esas palabras, la ministra de Salud, Ximena Aguilera, confirmó la presencia de las subvariantes del COVID-19 denominadas como “perro del infierno“, las cuales fueron nombradas como BQ.1 y BQ.1.1. por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Perro del infierno” ha generado una serie de importantes brotes en Europa (más del 50% de los actuales casos) y fue bautizada así en honor al perro de Hades (Dios de los muertos y del inframundo), llamado “Cancerbero’.

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Ryan Gregory, académico en Biología Evolutiva en el Instituto de Biodiversidad de Ontario en Canadá, aclaró en su cuenta de Twitter que “perro del infierno” es un nombre informal y no científico. Del mismo modo, desde la OMS apuntaronn a que las variantes BQ.1 y BQ.1.1. no representan un mayor riesgo que las variantes ya conocidas del SARS-CoV-2.

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Las subvariantes de Ómicron

La OMS informó que las subvariantes no se diferencian lo suficiente entre sí o de otros linajes de Ómicron con mutaciones de escape inmunitario adicionales, en términos de la respuesta de salud pública necesaria, para justificar la designación de nuevas variantes de interés y la asignación de una nueva etiqueta.

Los dos sublinajes siguen siendo parte de Ómicron, una variante preocupante a nivel mundial. Asimismo, detallaron:

  • BQ.1 es un sublinaje de BA.5, que porta mutaciones en alza en algunos sitios antigénicos clave, incluidos K444T y N460K.
  • Además de estas mutaciones, el sublinaje BQ.1.1 porta una mutación de espiga adicional en un sitio antigénico clave (es decir, R346T).
  • A partir de la semana epidemiológica 40 (3 al 9 de octubre), de las secuencias enviadas a GISAID, BQ.1* tiene una prevalencia del 6% y ha sido detectada en 65 países.
  • Si bien no hay datos sobre la gravedad o el escape inmunitario de los estudios en humanos, BQ.1* muestra una ventaja de crecimiento significativa sobre otros sublinajes de Ómicron circulantes en muchos entornos.
  • Es probable que estas mutaciones adicionales hayan conferido una ventaja de escape inmunitario sobre otros sublinajes de Ómicron circulantes y, por lo tanto, un mayor riesgo de reinfección es una posibilidad que necesita más investigación.

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Informe Epidemiológico: RM sigue liderando los casos activos con más de 21 mil contagiantes

En este momento, no hay datos epidemiológicos que sugieran un aumento en la gravedad de la enfermedad: “Queda por establecer el impacto de los cambios inmunológicos observados en el escape de la vacuna. Según los conocimientos actualmente disponibles, la protección de las vacunas (tanto el índice como las vacunas bivalentes introducidas recientemente) contra la infección puede reducirse, pero no se prevé un impacto importante en la protección contra la enfermedad grave”, precisó la OMS.

En ese sentido, la organización explicó que el impacto potencial de estas variantes está fuertemente influenciado por el panorama inmunológico regional, porque “si bien las reinfecciones se han convertido en una proporción cada vez mayor de todas las infecciones, esto se observa principalmente en el contexto de las infecciones primarias que no son de Ómicron. Con la disminución de la respuesta inmunitaria de las oleadas iniciales de infección por Ómicron y la evolución posterior de las variantes de Ómicron, es probable que las reinfecciones aumenten aún más”.

¿Cuáles son los síntomas?

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los síntomas de las subvariantes de Ómicron, BQ.1 y BQ.1.1, al igual que los de otras variantes, son los siguientes:

  • Fiebre o escalofríos.
  • Tos.
  • Falta de aire o dificultad para respirar.
  • Fatiga.
  • Dolores musculares o corporales.
  • Dolor de cabeza.
  • Nueva pérdida del gusto o del olfato.
  • Dolor de garganta.
  • Congestión o secreción nasal.
  • Náuseas o vómitos.
  • Diarrea.
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