Dave Herzog le regaló una consola a su hijo Jordan cuando este tenía tres años. Desde ese momento, el niño vio en el objeto un pasatiempo que disfrutaba por horas.
Y lejos de disuadir a su hijo, Dave se sintió emocionado por el “talento” que el menor mostraba para los videojuegos, el que 13 años después lo llevó a tomar la decisión de sacar a su hijo del colegio para que se dedique tiempo completo a jugar frente a la pantalla.
Según lo que el hombre comentó a The Boston Globe, la próxima y más grande de las metas de Jordan será ganar el campeonato mundial de Fortnite, juego desarrollado por Epic Games que cuenta con más de 250 millones de usuarios en el mundo.
En total serán 200 los competidores que durante dos días lucharán virtualmente para quedarse con los 30 millones de dólares de premio.
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Es por eso que Jordan se encuentra entrenando entre 10 y 14 horas diarias frente al monitor. La dedicación es tal, que su padre le lleva su desayuno, almuerzo y cena a su habitación, y el joven se las come frente al monitor.
Sin embargo, quienes conocen a la familia no ven la decisión de sacar a Jordan de la escuela. Tanto vecinos como las autoridades escolares han mantenido conversaciones con el padre del menor, quien insiste en los beneficios para el adolescente.
“Mi hijo aprende más en videojuegos que en los libros“, dijo Dave.
Además del tiempo y dedicación que tanto Dave como Jordan le han puesto a los videojuegos, la familia ha desembolsado aproximadamente 30 mil dólares en equipos para que el joven juegue.
Eso sí, el dinero no sería un problema tan grande: en las competiciones locales, Jordan ha logrado amasar cerca de 60 mil dólares en premios. Y como explicó al medio, el joven espera que esto sea su carrera profesional, pues quiere ganar dinero para no tener que trabajar.
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