Por Joan Xavier Alemany

Ha sido un año movido para las grandes franquicias y el broche de oro ha llegado con Star Wars Jedi: The Fallen Order. El juego se ha convertido en el título de Star Wars más vendido de EA para PC en su ventana de lanzamiento inicial y el entusiasmo en torno a él era de los más altos.

Respawn Entertainment y Lucasfilm han logrado lo que todos los que alucinamos con la calidad gráfica de Battlefront (DICE) habíamos estado deseando experimentar desde hace al menos cuatro años: una historia profunda, un gameplay épico y un relato de película.

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Todo se junta con elementos de desarrollo de habilidades clásicos del RPG, una personalización estética aceptable y una dinámica souls-like menos agresiva que en otros títulos, lo cual brinda un importante nivel de dificultad en el combate sin irse al extremo de causar una frustración que lleve al abandono.

Solo contra el mundo

Encarnas a Cal Kesti, un Jedi que ha sido obligado a la marginalidad luego de haberse ejecutado la nefasta Orden 66 que determinó la eliminación de todo aquel guiado por la Fuerza.

Te acompaña Cere Junda, una ex Jedi Knight, y Greez, piloto del Stinger Mantis. Junto al droide BD-1, que te acompaña como una mascota, tendrás que hacerle frente no sólo a todo lo que se te atraviesa (el Imperio y lo salvaje), sino que también a encender la chispa de la rebelión.

Pronto te das cuenta de que la trama va más allá del héroe solitario que termina derribando bastiones imperiales. Hay una antigua civilización alienígena que se relaciona con esta búsqueda de preservar la Orden Jedi, una trama que vas descubriendo por partes, que estuvo antes de ti y que es más importante que el simple escape.

Todo en The Fallen Order te hace sentir pequeño, comenzando por la dificultad. Es un juego donde el HP escasea y, como bien han hecho los títulos soul-like, debes pensar muy bien cuándo regenerarte, fijarte por donde caminas y calcular bien tus movimientos.

Para alivio de todos, morir y perder toda tu experiencia no es tan grave, ya que puedes ir al sitio de tu muerte a recuperar lo que tenías bien ganado.

Aquí es cuando encontré una pequeña dualidad. El sistema de combate es ya familiar: todos los enemigos tienen un patrón de ataque y deberás necesariamente esperar una apertura para usar tus habilidades -que permiten ralentizar o empujar, entre otras cosas- antes de atacar. Muchas veces la defensa es mucho más importante que arremeter con el sable láser.

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Los stormtroopers ya no son simple utilería. Ahora, a diferencia de otros títulos -y, desde luego, en las películas- sus disparos son bastante certeros, por lo que deberás esquivar en momentos muy precisos o hacer parry para devolver el bláster. Ahí es cuando, por primera vez, al ver de lejos a un grupo de cinco soldados blancos patrullando me tocó decir “esto es cosa seria, me tomará un tiempo”.

Sin embargo, ese cálculo ajedrecístico queda en el olvido cuando llega la hora de los obstáculos. En los distintos escenarios hay diferentes patrones que son fáciles de identificar (escalar, correr por la pared, trepar y balancearse sobre la soga, por nombrar algunos) y que, combinados, producen una secuencia a ratos difícil de lograr superar en los primeros intentos.

Es un impulso de adrenalina entre tanto combate pausado, casi por turnos. Al por fin superar esas secuencias del mapa te sientes satisfecho. Te sientes bueno en todos los frentes.

Y si de sensaciones se trata, este es el primer juego de Star Wars en el que he sentido poderoso al sable láser. Si bien otras experiencias de acción en tercera persona que he tenido en la gama Jedi de la franquicia, como Jedi Power Battles (2000) o The Force Unleashed (2008 y 2010), estas eran de corte Beat em’ up y la principal arma se sentía como usar un cuchillo caliente para cortar la mantequilla.

De ese efecto no se excluyen Luke, Darth Vader, Yoda, Rey o Kylo Ren en sus respectivas apariciones como héroes en Battlefront (2015 y 2017).

Aquí es diferente. Cuando Cal saca su sable láser, -el cual puedes personalizar en distintas piezas estéticas, desde la empuñadura al color de la luz- se escucha el “desenfundado” característico como una explosión, la postura del personaje cambia de inmediato y hay una leve vibración, tanto en la pantalla como en el control.

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Lo malo es que no existen tantas combinaciones de botones como quisiera. Lo bueno es que los que existen permiten conectar en una serie de puntos al oponente que dejan una quemadura visible y, cuando llega el momento de rematar, el sable los rebana efectivamente en dos siguiendo la dirección del golpe. Eso sí es poder.

Lo más difícil para quienes no están habituados al combate con una barra de vida tan reducida es regular el uso de los estimulantes que regeneran tu salud. Sobre aquello, no hay que desesperarse: van apareciendo más en la medida en que encuentres locaciones secretas en los planetas.

Además, si resulta especialmente complicado sobrevivir frente a las caídas y los combates cuando se tornan masivos, lo recomendable es reforzar primero esa rama del árbol de habilidades. Tu barra de HP puede crecer considerablemente entre las primeras 7 u 8 horas de juego, lo cual es un tremendo alivio.

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Constante descubrimiento

Hay varias especies diferentes de criaturas salvajes que te van a cortar completamente el trayecto y que puedes ir escaneando. La gracia es que atacan a los invasores en sus hábitats, seas tú o los imperiales, así que es una perfecta distracción que deberás usar a tu favor.

Por lo demás, a mi parecer, ir descubriendo la flora y fauna de los distintos sectores es algo fascinante considerando, además, que este tipo de juegos está destinado a convertirse en una enciclopedia para los fans.

De hecho el planeta Zeffo está diseñado exclusivamente para The Fallen Order, un planeta montañoso, de atardeceres similares a nuestra Tierra y repleto de ruinas y misterios.

Otro de los ganchos son los enigmáticos enemigos. Ya que la exploración se sitúa justo en los momentos posteriores a la Orden 66, lo que veremos serán los nacimientos y consolidaciones de las alianzas, además del descubrimiento de quienes están detrás de los escuadrones más letales que persiguen a los Jedi.

La Segunda Hermana de la Inquisición es uno de los nuevos enemigos que tiene una fuerza intimidante en los primeros encuentros. El juego se encarga, eso sí, de demostrarte que es abordable ese choque inevitable, siempre y cuando te preocupes de ir creciendo lo suficiente y obteniendo los puntos de experiencia necesario no evadiendo combates anteriores.

Es mucho lo que puedes practicar y The Fallen Order es un juego que debes tomarte con calma en sesiones de juego pausadas. Dosificando bien y preocupándote por encontrar los secretos y resolver las habitaciones de puzles -que siempre traen algo bueno-, lo puedes terminar en unas 20 horas.

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Un guion valioso

En términos de trama, supera por completo los sinsabores de la fase de Battlefront (campaña singleplayer) en la actual generación. Aquí hay profundidad si lo buscas bien en los secretos, pero también un avance relativamente rápido, lineal y ordenado.

Si bien hay voces excepcionales en inglés, el doblaje al español latino es sobresaliente respecto a otros títulos actualmente en el mercado.

Finalmente, y sin duda uno de los puntos más altos del juego, la musicalización es absolutamente brillante: una orquesta cinematográfica con una intensidad de transiciones fluidas entre las escenas de exploración, la intriga, la acción y el combate desatado.

Todo es de una violencia y daño devastador, pero eso no quita que son esos detalles en la forma los que terminan por convencerte de que es un juego confiable (siempre hay algo bien pensado más adelante) y, principalmente, armónico.

EN SUMA

Star Wars Jedi: The Fallen Order es uno de esos juegos que dosificas con gusto. Entrega valiosa información a los amantes de las historias de la saga, justo en uno de los puntos de quiebre más trascendentes, pero también entretiene a quienes buscan un desafío. El juego es difícil -casi imposible, de hecho, en la dificultad máxima-, pero no es tan complejo como otros soul-like. Ir avanzando se siente como una recompensa para el que, al igual que el protagonista, se entrena pacientemente en la Fuerza. Usar el sable láser genera bellos, impactantes y precisos efectos especiales que te hacen sentir imparable.

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