Por Joan Xavier Alemany

De los teléfonos con tonos polifónicos pasamos a los que reproducían mp3. Luego, con la masificación del internet móvil tras el nacimiento de Android y iOS a finales de la década pasada llegaron los teléfonos inteligentes.

Eran celulares con tantas posibilidades que había que ponerlos en una categoría aparte: smartphones. Hay una generación que hoy no se imagina vivir con equipos no-smart con interfaces más toscas y una posibilidad apenas suficiente para navegar por internet.

10 años después, cerrando nuevamente una década, nos encontramos con otro concepto que busca englobar una gama que va más allá de lo que hoy rinden la mayoría de los celulares en el mercado: el powerphone.

Puede tener sentido con las sucesiones en la alta gama en otras industrias: vamos del citycar al auto, siguiendo por el superauto e, incluso, llegando al demencial concepto de hiperautos, que exponen lo mejor y más avanzado de la ingeniería contemporánea.

El concepto Powerphone llegó con el anuncio del Galaxy Note10 y Note10+ a comienzos de agosto en la conferencia Unpacked en Nueva York, ocasión en la que revelaron detalles que van justamente en la línea del tope tecnológico, sobre todo por la pantalla HDR10+ de 6,3” y 6,8”.

Entonces, ¿es realmente una categoría o pura mercadotecnia? A comienzos de agosto, Mario Lafitte, VP corporativo para Latinoamérica de Samsung, dijo a Pulso que “es definitivamente un celular de nicho, para un público objetivo que crece cada vez más y que quiere la última tecnología”.

Y nicho es por dos razones importantes. Primero, el precio: el Note10+ bordea el millón de pesos en el mercado chileno, algo que se puede ser prohibitivo, pero se puede aplacar con los tradicionales planes de los operadores de telefonía.

Por otra parte, ¿quién realmente pude explotar los 12 Gb RAM del Galaxy Note10+ (8 Gb en el caso del Note10) en un dispositivo de bolsillo? Quienes necesitan una oficina portátil, desde luego que sí.

Ambos Note vienen con un CPU octa-core. Esto quiere decir que las descargas y la multitarea no presentan retrasos para las tareas convencionales actuales, como visualización de planillas, envío de mails, incluso si hubiesen herramientas más demandantes descansando en segundo plano.

También tiene un procesador que precarga las aplicaciones que se utilizan con frecuencia para un inicio rápido.

Los gamers también necesitan estas características monstruosas para sacar ventaja en la arena competitiva, considerando que ya juegos como PUBG, Fortnite o Call of Duty Mobile ya tienen una escena de temporadas en los que algo más de visión del terreno son determinantes.

¿Qué gracia tiene versus un smartphone corriente? Tiene sistemas de Inteligencia Artificial y una NPU (Neural Processing Unit) mejoradas con un sistema de enfriamiento que hace que no se te derritan los dedos en media hora.

Finalmente, si bien estas son tareas que drenan mucha batería, los modelos tienen 3500 mAh (Note10) y 4300 mAh (Note10+). En este último caso, tras un mes de uso, la batería puede cerrar la jornada de 07:00 a 23:00 en un rango que fluctúa entre el 40% y, jugando un par de horas, el 20%.

¿Y cómo puede sobrevivir? Simple: necesita seguir ampliando la batería.

Pese a que la serie Note10 se carga en apenas una hora e, incluso, en el Note10+ en 30 minutos con el cargador de 45 W, olvidar el accesorio puede ser fatal si el celular no da garantías de que te dure al día siguiente.

Son máquinas productivas de primera necesidad para la oficina. Pues, si el cargador se te queda en la oficina, no sirve de nada que el teléfono no pueda hacer sonar la alarma para la mañana siguiente.

4300 mAh, entonces, debería ser el piso mínimo para cualquier teléfono que se haga llamar Powerphone en 2020. Aunque tenga algunos gramos de más e, incluso, si mantuviese el mismo chipset.

En el terreno más realista, personalmente veo difícil de imaginar al concepto Powerphone siendo usado en equipos de parecidas características en la competencia, más que nada considerando que la carrera por quién tiene el mejor teléfono es tan estrecha que hasta en los conceptos hay que ser original.

Lo que puedo decir con certeza, tras un mes de uso, es que la velocidad y la confiabilidad del Note10+ es absoluta y efectivamente merece estar en una categoría superior para redefinir la gama alta.

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