

La decisión optada se suma a medidas políticas que ya habían tomado otros países locales.
La propuesta surge luego de la petición de una reclusa al Papa Francisco.
Detrás de los contratos millonarios y la fama, muchos futbolistas enfrentan un destino inesperado: la ruina. Con carreras breves, poca educación financiera y un entorno que rara vez ayuda, miles terminan perdiéndolo todo pocos años después de retirarse.