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En Chile, cerca 1.800 personas se suicidan al año, de las cuales 400 son adolescentes, según datos del Departamento de Estadísticas e Información de Salud. “Hoy día nosotros tenemos que hacernos cargo de una realidad, en donde en el caso de Chile, entre 5 y 6 personas se suicidan diariamente. Nosotros no hemos logrado implementar ni campañas comunicacionales, ni planes de educación a nivel de país”, aseguró Alberto Larraín, psiquiatra y Director Ejecutivo de la Fundación ProCultura en Sana Mente de CNN Chile.

Para el especialista es fundamental dialogar sobre el suicidio en la sociedad.  “Lo que está demostrado es que en la medida que uno habla de suicidio, el suicidio empieza a reducirse en la medida que uno lo haga de manera correcta y vaya entregando la información que la población requiere”, afirmó.

Se trata de un fenómeno multifactorial y que es especialmente crítico en las personas mayores y los adolescentes. “Las enfermedades mentales son uno de los factores primordiales, el 90% de las veces que ocurre un suicidio hay una enfermedad mental que está asociada a ese fenómeno, pero hay un 10% de las veces que no, que son condiciones más bien culturales o ideológicas”, agregó Larraín.

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En el caso de los hombres la realidad es más preocupante, ante la menor búsqueda de apoyo. “Los hombres consultarían mucho menos cuando tienen dificultades y finalmente el suicidio termina apareciendo como una respuesta a un espacio sin salidas, sin redes de acción que me sostengan”.

Larraín hizo el vínculo entre consumo de alcohol y su relación con la conducta suicida. “Además, hay un tema que no es menor que tiene que ver con el consumo de alcohol, aproximadamente el 60% de los suicidios cuando ocurren están acompañados de un consumo de alcohol exacerbado y el consumo de alcohol es más alto en los hombres que en las mujeres”, detalló.

El suicidio es definido como una pandemia invisible: sigue siendo una de las principales causas de muerte en todo el mundo, según las últimas estimaciones de la OMS. “Es importante que la gente entienda, para que entiendan la magnitud, en el mundo se suicidan más personas que la gente que muere por homicidios y guerras juntos“, dijo Larraín.

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Tener una conversación con una persona de confianza puede ser determinante para alguien que está evaluando terminar con su vida. “Cuando una persona está pensando en suicidarse todos los estudios muestran que esa persona siempre está con ambivalencia, siempre está con la duda de si hacerlo o no hacerlo. Lo que está esperando es que alguien o algo lo saque de la duda de cometerlo y ahí es donde los vínculos son claves”, planteó el especialista.

En julio, se lanzó el Programa Regional de Prevención del Suicidio, en Santiago. “El gobierno de la Región Metropolitana acaba de aprobar el primer fondo importante en prevención del suicidio, son 1.700 millones aproximadamente. Este es el fondo más grande en la historia de Sudamérica”, contó el médico sobre el proyecto construido “entre 7 fundaciones articuladas con la Seremi de Salud de la RM”.

Más que asociarse a una pena, el suicidio se vincula con soledad y desesperanza. especialmente en los jóvenes. “El suicidio es la segunda causa de muerte en los adolescentes y tiene que ver con la desesperanza, en la medida que yo estoy construyendo quien voy a ser en mi vida, yo veo que esta sociedad no tiene espacio para quien yo quiero ser o quien creo que soy”, reflexionó el psiquiatra.

“El último estudio de la Unicef muestra que aproximadamente el 40% de los jóvenes en el continente americano siente que no hay sensación de futuro”, planteó Larraín.

 

 

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