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En entrevista con la cadena Fox, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que él sí estaría dispuesto a aceptar información de dudosa procedencia contra un rival electoral, encendiendo las alarmas en el Partido Demócrata.

Ante la pregunta de si escucharía a alguien que llegara con ese tipo de información desde otro país, el mandatario respondió: “Creo que los escucharía. No veo nada malo con escuchar. Si alguien llama desde un país como Noruega diciendo ‘tenemos información sobre su oponente’, creo que lo quiero oír“.

La entrevista causó impacto en EE.UU. Sus oponentes aseguran que esto revela que no ve la ilegalidad en que exista interferencia de otro país en las elecciones.

El precandidato presidencial demócrata Bernie Sanders comentó: “No estoy precisamente impactado, creo que tenemos un presidente que, o no entiende la Constitución de EE.UU., o no la respeta”. Algo similar comentó su par Michael Bennet, para quien Trump “es débil y patético. El presidente de EE.UU. tiene que ser alguien que defienda EE.UU. y sus aliados, y falla en eso otra vez“.

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Esta misma arista fue una de las que investigó el fiscal especial Robert Mueller, encargado de la trama rusa.

En concreto, se trata de una reunión que sostuvieron en 2016 Donald Trump Jr. y el yerno del mandatario, Jared Kushner, con funcionarios rusos que les ofrecieron material perjudicial contra Hillary Clinton. Nunca quedó claro si ese material fue entregado o no, pero sí existió la intención de ayudarse mutuamente, no se sabe a cambio de qué.

La intervención rusa fue probada por Mueller; lo que no fue probado fue la colusión entre la campaña de Trump y Rusia.

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