El presidente francés Emmanuel Macron regresó de la cumbre del G20 en Buenos Aires a un París prácticamente en llamas. La capital todavía estaba humeando por los vehículos incendiados en el centro durante las protestas de los últimos dos días, el tercer fin de semana de manifestaciones que terminó en disturbios exigiendo la renuncia del mandatario.
Este lunes Macron citó de emergencia a su gabinete luego de los hechos de violencia que dejaron 133 heridos y más de 400 detenidos.
Las protestas se iniciaron por el aumento en el precio del diésel, una promesa de campaña que el jefe de Estado materializó y que ahora a una parte de la población le parece que no es acorde a la situación económica que atraviesa Francia.
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¿Quiénes protestan?
El gobierno no ha podido ponerse de acuerdo con los sindicatos dado que en la actualidad no hay interlocutores claros entre los trabajadores, conocidos como los “chalecos amarillos” por el color del protector que usan en el transporte, y quienes fueron los primeros en decir que la medida los perjudicaría económicamente.
Paralelo a los trabajadores, hay un grupo que ha operado a través de la violencia y que no pertenece a los gremios. Han detenido el diálogo e incluso se han hecho amenazas contra los dirigentes.
El fiscal público de París, Remy Heitz, señaló que se trata de “hombres entre 30 y 40 años que vienen de los alrededores de Francia, son personas bien integradas a la sociedad y que abiertamente proponen enfrentarse con la policía“.
En medio de estas protestas surgieron las voces que piden la renuncia de Macron, demanda que ha sido apoyada por grupos tan diversos como la izquierda populista y la extrema derecha.
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Para el próximo 14 de diciembre, en tanto, está proyectada una gran jornada de manifestaciones por parte de los trabajadores.
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