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Más de mil millones de personas siguieron por televisión el Mundial de Francia 2019, una muestra de cómo ha crecido este deporte a nivel global.

Este domingo fue un nuevo día de gloria para el fútbol estadounidense: la selección femenina ganó un Mundial por cuarta vez en su historia. Un momento de alegría, pero que también ha generado una reflexión en el fútbol y todo ámbito del deporte sobre la desigualdad entre hombres y mujeres.

Megan Rapinoe, capitana de Estados Unidos, criticó la brecha salarial tras los cánticos de miles de personas que reclamaron pago igualitario para las futbolistas.

“Equal pay” (igualdad de salarios) fue el grito unánime que se escuchó en el estadio Parc Olympique Lyonnais de Lyon tras la final entre Estados Unidos y Francia.

Rapinoe escuchó los cánticos y dijo que “todo el mundo está listo para un pago igualitario, todo el mundo lo quiere. Todo el mundo está listo para que la conversación pase a la siguiente fase y obviamente en el partido más importante eso fue mucho más allá del deporte, fue bastante increíble”.

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La selección de EE.UU. ha sido muy activa en abrir este debate, de hecho, este año demandó a su propia federación ante la justicia para exigir igualar salarios y premios con sus pares masculinos.

La brecha es considerable. Las ganadoras de este Mundial se llevaron US$30 millones y la selección masculina de Francia, que ganó el Mundial de Rusia, obtuvo US$791 millones, es decir, 26 veces más.

La mejor pagada es la futbolista brasileña Marta, quien gana 500 mil euros al año, versus los 136 millones que gana Lionel Messi.

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