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En este capítulo de Nuevo Pacto conversamos con Daniel Mansuy, investigador del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES) y académico de la Universidad de los Andes.

Mansuy es uno de los expertos que advirtió con antelación las cosas que estaban mal en el país y que podían desembocar en una situación como el estallido social de octubre de 2019, y que se le escuchó poco.

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El académico considera que el piñerismo tenía un punto ciego que le impidió conectar con las demandas sociales, debido a la visión cerrada de la derecha marcada por la “categoría Chicago” que terminó silenciando las otras vertientes de la derecha que dialogan. “Por tanto, intelectualmente se produjo una cerrazón mental donde solo se ven número, economía, gráficos”, dijo y añadió que, aunque esa visión es necesaria, hace falta mucho más.

El piñerismo en particular siempre estuvo muy preocupado por la gestión, por la lista del supermercado, muy preocupado por la gestión y administración diaria de la economía, y eso también hace muy difícil ver que pueden haber otros problemas sociales. Se pensó que el crecimiento económico, generaba de por sí prosperidad y armonía“, explicó.

Enumeró dos factores clave que pueden ayudar a entender lo que ocurre hoy en Chile. “Uno, el crecimiento económico produce muchas tensiones que hay que ser capaz de ver, y dos, cuando tu apuesta es solo al crecimiento económico y el crecimiento económico, por el motivo que fuere, no llega tú te quedas sin herramientas, abres tu caja de herramientas y ya no hay nada. Y al Gobierno le pasaron un poco estas dos cosas“.

Apuntó que la élite de la derecha es un mundo relativamente cerrado, salvo algunas excepciones, tanto ideológicamente como socialmente. De acuerdo al académico, que se autodefine como de derecha, este hermetismo ideológico y social se produce porque “tienen pocas antenas, tienen pocas conexiones con el mundo”, lo cual le impide en general a la clase política de derecha “leer el mundo”.

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Yo creo que el liberalismo es una doctrina muy rica, muy sana en muchos sentidos, pero el liberalismo también tiene problemas, y uno de los problemas es que el liberalismo, las categorías liberales, para leer crisis como estas son muy insuficientes, porque el liberalismo está pensado para tiempos de normalidad”, agregó.

Recordó que la revuelta estudiantil del 2011 empezó, entre otras cosas, porque pedían que el pase escolar valiera los fines de semana y vacaciones y comparó ese hecho con el que desencadenó el estallido social este año. “El gobierno siguió empecinado hasta último momento en defender técnicamente el alza de los 30 pesos en el metro, que es lo que da origen a esto.

El investigador del IES destacó que hay ciertas tensiones sociales “que no te aparecen en el gráfico”.

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El sistema político ha dado muestras o señales de fatiga profunda, en el sentido de que, se tiende a bloquear, y esto es grave, porque la población percibe que no procesa las demandas porque esta bloqueado. Yo creo que es un problema de diseño, yo no era partidario del binominal tampoco, pero creo que el nuevo sistema electoral también tiene problemas en el sentido de que te polarice y te fragmenta mucho y por tanto es muy difícil ir a negociar al parlamento“, puntualizó.

 

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