Enrique Correa y su imagen de “todopoderoso”: “Mucha mitología rodea la leyenda de este exceso de poder”

Por CNN Chile

27.07.2025 / 18:49

En CNN Íntimo, el exministro conversó sobre su historia, convicciones y los mitos que rodean su figura. “Hay mucho de leyenda y exageración en esto. Nunca he andado por los pasillos pensando en lo poderoso que soy, (…) eso está fuera de mí”.


Fue una de las voces más reconocidas de la transición democrática. Enrique Correa, exministro y estratega político, ha jugado un papel clave —y a veces discreto— en los momentos más decisivos de la política chilena.

Desde su rol como vocero del primer gobierno democrático tras la dictadura hasta su influencia como asesor en las sombras del poder, ha transitado entre lo público y lo privado, dejando huellas —en ocasiones visibles, otras no tanto— en buena parte de la historia reciente de Chile.

Su nombre volvió a la palestra tras la reciente publicación de dos libros: en mayo salió a la luz una biografía no autorizada escrita por los periodistas Andrea Insunza y Javier Ortega; y por otro, este mes, se lanzó Enrique Correa: mi vida, mi historia, un libro firmado por el periodista Luis Álvarez, que aunque redactado por él, recoge los relatos del propio Correa.


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“Este libro nació como una recomendación en defensa de la transición porque sentía que durante el gobierno de Bachelet 2 y después muy fuertemente la oposición a Piñera 2 puso en el paredón a la transición, la convirtió en un objeto de juicio, la penalizó (…), pese a que en mi opinión son los años más brillantes de nuestra historia”, cuenta en CNN Íntimo.

Relata que al principio “era un libro demasiado político, parecido a una persona que no tenía familia, entonces hicimos un capítulo sobre la familia y otro, esa fue idea mía, sobre los grupos de confianza con los que trabajo, porque yo siempre he sido muy contrario, a diferencia de muchas leyendas, pero muy contrario a los círculos informales de decisión”.

—Se ha demonizado la actividad del lobby. ¿Esto viene también a ser una defensa a un juicio público que se le ha hecho?
—Sí, porque transparentamos una actividad que existía siempre, que era la negociación público-privada que nadie conocía (…). Lo que nosotros buscamos, asimilándonos a la experiencia internacional, es una ley que regulara la relación público-privada, estableciendo normas sobre como esta relación debe establecerse, por eso ahora tenemos Plataforma de Lobby y un conjunto de resguardos a que esa relación no sea bien construida.

“Yo creo que ese además es nuestro propósito, si se revisa bien la historia de la ley, yo por lo menos tuve unas cuatro intervenciones, invitado por las comisiones a exponer, en las que dije que un punto muy importante era establecer una línea fronteriza rígida entre tráfico de influencias y lobby. Todavía más, hemos propuesto y espero que esté así en otra ley que venga, en que se penalice más fuertemente el tráfico de influencias”, agrega.

—¿Usted tiene tanto poder como se dice?
—No.

—Usted no me lo dirá, pero esa imagen de un todopoderoso, ¿qué tiene que ver con la realidad? ¿Cómo lo siente?
—Siempre he sentido que hay mucha mitología que rodea la leyenda de este exceso de poder. Naturalmente que dada mi historia y el papel que he jugado en asuntos públicos y privados, mi opinión ha tenido un peso, pero nunca he dado una opinión privada que no pueda ser la pública, nunca.

Afirma que “nunca” ha tenido con nadie un vínculo que no pueda ser público. “Trabajé como político, después como constructor internacional, ahora como empresario, y naturalmente que si las opiniones tienen peso, eso lleva una carga de poder, de influencia y gravitación, pero hay mucho de leyenda y exageración en esto. Hay algo que sí quiero garantizar y es que nunca he pensado así, nunca he andado por los pasillos pensando en lo poderoso que soy, nunca he conversado con mis colaboradores para saber cuán poderoso fui en esta semana, eso está fuera de mí”.

—Dice que la pasión de su vida es la política, ¿por pertenecer a círculos de poder o por participar en las cosas que están pasando?
—Es que como me gusta la política, naturalmente busco influir en política por los medios que todos buscan influir, y participo siempre, y antes participaba más todavía, en muchas discusiones sobre cómo llevar las cosas en los gobiernos, en el parlamento. Pero no la participación en el círculo, sino que la política como tal. Siento que la política, sobre todo en la política democrática, es el motor de la sociedad, y es la salvaguardia al autoritarismo, a la dictadura, a los caudillismos y al populismo.

Panorama política actual

Correa también reflexiona sobre el panorama político actual, el actuar del presidente Gabriel Boric y lo que ve en el ambiente de cara a las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre, con Jeannette Jara, Evelyn Matthei y José Antonio Kast posicionados como los principales contendores.

—¿Cómo ve el presidente Gabriel Boric y el gobierno que ha hecho?
—Yo creo que él ha hecho un esfuerzo muy grande por efectivamente recoger la historia y mirar la historia de otro modo. Ha rendido tributo a quien correspondía, inauguró una estatua a Patricio Edwin, tuvo grandes gestos en su momento con Ricardo Lago, en fin, pero yo no sé cuánto ese avance del presidente es un avance de todo su sector. Habrá que ver.

—¿Él ha gobernado como socialdemócrata?
—Él es cada vez más socialdemócrata. Yo diría que él es considerado internacionalmente, ya a esta altura, como un líder de izquierda y occidente, por sus posiciones ante Venezuela, por sus posiciones ante Ucrania. Entonces yo siento que él ha avanzado en esa dirección.

—¿Cómo ve la candidatura de Jeannette Jara?
—Ganó una candidata, no un partido, no ganó el Partido Comunista. Todo lo que está haciendo ahora ella es precisamente por ampliar esa frontera y la prueba de fuego va a ser su programa, la suerte de la candidata depende del programa que tenga (…) y eso tiene que ver con el crecimiento.

—Lo más probable es que exista una segunda vuelta Kast-Jara. ¿Hacia dónde va su voto?
—El voto secreto, pero revelaré un pedacito del secreto: no voy a votar por la derecha. Nunca lo he hecho. (…) Tengo una gran consideración por muchos líderes de derecha, incluso amistad con ellos, y una gran consideración por Matthei, pero no voy a votar por la derecha; no he votado nunca por la derecha ni lo haré en las votaciones que me quedan en la vida.

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