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Raúl Bertelsen fue uno de los protagonistas en la elaboración de la actual Constitución en su rol como integrante de la Comisión Ortúzar, órgano creado por la Junta Militar que tenía como principal objetivo crear el anteproyecto de la carta fundamental.

En conversación con CNN Chile y CHV Noticias, el ex ministro del Tribunal Constitucional abordó cómo se desarrolló el proceso, su opinión sobre el rol de la Carta Magna en el desarrollo del país y las críticas sobre su relación con las problemáticas sociales.

Relación de la comisión Ortúzar con Pinochet

El abogado se sumó a la instancia en 1977, cuatro años después de su inicio en 1973, se refirió a su vínculo con Augusto Pinochet, asegurando que “fue una relación muy esporádica, porque la ocasión en que asumimos los tres nuevos integrantes, la comisión funcionaba en el edificio histórico del Senado”.

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“En una ocasión concurrió el presidente acompañado de la ministra de Justicia, Mónica Madariaga, a través de la cual la comisión se relacionaba con el gobierno, pero no habló“, recordó.

“Después hubo alguna ocasión en la que nos invitó a almorzar al edificio Diego Portales, donde funcionaba el gobierno. Y el año ’77 envió un documento con orientaciones para la nueva Constitución, que propuso algunos temas que se discutieran. Algunos fueron acogidos y otros no”, añadió.

Legitimidad del plebiscito de 1980

Ante las críticas que apuntan a un “fraude” en el plebiscito de 1980, Bertelsen manifestó que la instancia “refleja una aprobación mayoritaria real de la Constitución”. 

Además, indicó que “hay dos factores en los que llamo la atención. La votación obtenida en el ’80 por el Apruebo, la Constitución fue del sesenta y tantos por ciento. El SÍ del año ’88, si bien fue minoritario, tuvo cerca del 45%. Entonces a mi juicio esa diferencia se explica por el deterioro en la aprobación a la Junta de gobierno, que es notorio en los años ’80, hacia el ’82, ’83 y otros”.  

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Constitución y neoliberalismo

El abogado descartó que la carta fundamental establezca el modelo económico neoliberal y afirmó que “la palabra no aparece en la Constitución y esa es una de las imputaciones que, si se leyera con atención la Constitución, no existe”.

“La Constitución de 1980 tiene en materia de derechos humanos, una de las disposiciones novedosas es el reconocimiento de la libertad económica, la libertad para desarrollar actividades empresariales, pero hay actividades que son ilícitas, la Constitución lo dice y señala que tienen que ser reguladas por ley”, continuó.

Debido a lo anterior, asegura que las actuales problemáticas y demandas sociales no son atribuibles a la carta fundamental, ya que ella “estableció el marco jurídico en el cual se han movido los gobiernos, presidencias, partidos políticos y si lo que han hecho no ha sido eficaz, no es justo asignarlo a defectos de la Constitución“.

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Por qué defender la Constitución

El abogado escribió un libro titulado En defensa de la Constitución, y explicó que considera dos razones: “Una es porque ha sido un buen instrumento de gobierno que no se le ha sacado todo el partido“.

“La otra gran razón con objeto de mantenerse la Constitución es que ha contemplado medios eficaces para la tutela de los derechos humanos: el recurso de protección a la cabeza de esta, la nueva aplicabilidad que tiene el TC en el 2005 para declarar inaplicable las leyes contrarias a la Constitución se utilizan para defender los derechos humanos afectados por la legislación”, añadió.

Finalmente, indicó que “yo estoy convencido que la Constitución de 1980 sigue siendo un buen instrumento de gobierno y un eficaz medio para tutelar los derechos humanos“.

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